Llegamos como a las tres y media de la tarde a Barajas procedentes de Vigo, con la suerte de haber hecho este corto viaje de poco más de una hora con muy buen clima y felizmente en Business (a esta edad ya no se puede volar en Chicken Class) donde la vida se mira con una mejor perspectiva.
Aeropuerto de Barajas |
Ya nos estaban esperando en nuestro piso en Mirasierra con muchas cosas ricas como la última vez: langostinos frescos cocidos al vapor, jamón de bellota cortado a cuchillo, queso brie trufado con trufas del Perigord (valga la redundancia), lomo embuchado, mini fuet de muy buena factura, salchichón Joselito, la infaltable tortilla de patatas a la española y dos espigas de un pan extremadamente crujiente que amainó nuestras angustias culinarias, ya que en los aviones es muy difícil (no digo imposible) poder comer algo decente sin que lo recalienten hasta el punto de aniquilar lo que piensan que es comida gourmet.
Trufa Negra o de Perigord en Estado Natural |
Como habíamos quedado en cenar con unos amigos, pactamos encontrarnos a las nueve y treinta en un restaurante llamado Nina, en calle Manuela Malasaña 10, donde para la espera se ordenó:
Berenjenas crujientes, marinadas en leche y miel (vienen acompañadas de salmorejo).
Croquetas de Cabrales sobre zócalo dulce de membrillo.
Surtido de rollitos orientales especiales de la casa.
Milhojas de queso de cabra, gelatina natural de tomate y albahaca, anchoas del Cantábrico y vinagreta de verduritas.
Ensalada de ventresca de atún del Mediterráneo con aceite de gambas, tomates, pan inglés tostado y bouquet de brotes verdes.
Restaurante Nina |
Cuando la mesa se completó con los diez comensales pactados, se procedió a ordenar los fondos:
Ensalada de bacalao en láminas sobre muselina de patata, pisto tradicional y salsa ligera de ajo.
Salmorejo cordobés con aceite Baena y huevo de codorniz relleno de pasta de sardina.
Wok de verduritas salteadas con sésamo y soya.
Carpaccio de solomillo de buey con salsa francesa, pan de ajo y helado de aceite de oliva.
Lubina sobre hojaldre con cebolla caramelizada y casse de tomate con orégano.
Carré de cordero lechal relleno de butifarra fresca y trufa negra en salsa de oporto y ciruelas (esto pedí yo).
Solomillo de buey a la parrilla con sal gorda, patatas tradicionales y pimientos del país.
Mollejitas de lechal salteadas al ajo con habitas baby, huevo poché y brochetita de gambón con sal ahumada.
Ravioles rellenos de pesto y trufa negra al vapor con aceite de orégano y olivas.
Postres ligeros para terminar con maestría esta copiosa cena descrita.
Tarta de queso al estilo New York.
Tatín de manzana caliente con helado de vainilla.
Espuma de chocolate blanco con fruta de la pasión.
Tarta de chocolate con chocolate caliente.
Cafés, aguas minerales, gaseosas y dos botellas de vino.
250 euros por las 10 personas, un regalo. Vayan, la van a pasar bien. Antes de dormir unos ricos chocolatitos suizos para calmar los nervios.
La Moraga, Espacio de Dani García, en El Corte Inglés |
A la mañana siguiente Michelle y el que escribe nos fuimos a tomar desayuno a Lamoraga, que es un pequeño gastrobar dentro del Corte Inglés localizado en Goya (solo hay siete: tres en Marbella y tres en Málaga). Estos pequeños locales están situados dentro de la sección gourmet de las tiendas y la pequeña carta está dirigida por Dani García, un cocinero español poseedor de una estrella Michelin y uno de los padres de la cocina con nitrógeno (lo conocí en Mistura). Nos pedimos una mini hamburguesa de rabo de toro (que siempre la pedimos), unas papas aliñadas y dos buenos finos bien fríos. Nada más para comenzar el día.
Como este local está situado dentro de la sección gourmet ya se podrán imaginar mi canasta de productos para llevar a Lima:
5J Sánchez Romero, Joselito y Carrasco, más un nuevo elegido de procedencia extremeña en jamones, fuet de varias casas, secreto Ibérico, foie gras mi cuit, sales del mundo, aceites sin filtrar, lacón, queso brie con trufas (entre otros), angulas, pulpo gallego, anchoas de las mejores… Solo para terminar en esta primera pasada: 750 euros.Todavía me falta una tienda gourmet de Madrid más el Hipercor o el Mercadona, lo que me quede más cerca.
Mini-Hamburguesa de Rabo de Toro en La Moraga |
Como en España los zapatos son buenos y están en una crisis de PM, compramos algunos pares para matar el tiempo mientras aguardábamos a unos amigos para almorzar tarde (4 PM).
Nos fuimos a un sitio muy de moda donde es difícil conseguir mesa. Se llama Bar Tomate, con dirección Fernando El Santo 26. Pertenece al Grupo Tragaluz, que tiene un imperio de locales (15) en Madrid y Barcelona, como los conocidos Mordisco, Tragaluz, Principal, La Xina, Bar Lobo, Agua, Moovida, etc. (recomiendo entrar a su web www.grupotragaluz.com). Precisamente por la hora no hubo problemas para entrar a disfrutar en calma de una buena botella fría de verdejo para amainar los 30 grados que hacía afuera. Como no podía ser de otra manera, ordenamos pan con tomate en rama que estaba mucho más sabroso que el pan tomaka catalán: no lleva ajo, su tomate es más suave, es de rama y el pan casi no tiene miga (es crujiente y viene tibio); unas croquetas variadas de cepes con aromas de trufas, pollo y de jamón, más unas papas Buthan que vienen con guindillas y pimientos. Costo por cuatro piqueos y vino: 50 euros. No se pudo almorzar: la cocina estaba cerrada por la hora (solo piqueos).
Carta del Bar Tomate |
Afiche del Bar Tomate |
Me olvidaba de comentarles que camino al Bar Tomate pasamos por la Cervecería Santa Bárbara localizada en la plaza del mismo nombre. A lo mismo: a beber un par de buenas copas para el calor que empieza a calentar demasiado las tardes madrileñas.
Esa noche teníamos plan para salir a cenar a un buen restaurante localizado en La Castellana, pero no da el cuerpo así que nos hemos comprado un poco de lacón cortado a cuchillo, dos buenos quesos franceses, una tortilla de cebolla más un foie mi cuit: nos vamos a casa a disfrutar y aprovechar para escribir un poco... Hasta mañana los pastores!!!
Anchoas de la Familia Sanfilippo |
Nos hemos levantado sin prisa esta mañana, sin plan alguno por cierto más que disfrutar del buen clima, pasear por las calles madrileñas llenas de sabor e historia… y veremos dónde recalamos para jantar.
Salimos con la intención de ir al Museo del Prado aparte del paseo convenido, pero hicimos una pascana previa donde Sweet & Salty en el 87 de Ortega y Gasset, un pequeño gastrobar del Sr. Antonio Franco (vasco como yo) con quien entablamos una muy simpática relación amical. Primero nos tomamos unas buenas copas de verdejo con una tapa de una longaniza ibérica producida por la familia Flores (que desde ya recomiendo buscarla y comprarla si tienen la oportunidad: es muy buena). Yo tuve la suerte que él me la vendió de su stock, al igual que unas anchoas del Cantábrico de nombre Sanfilippo (37 euros x 100 gramos), que es una semiconserva que pertenece a una serie limitada compuestas de una cuidada selección de materia prima con una guarda de tres años y medio antes de salir a la venta. Supuestamente entre las dos mejores de España (echarse a buscarla).
Un Ambiente en la Arrocería St. James |
Llegamos a las tres de la tarde a la Arrocería St. James, un clásico madrileño ubicado en la calle Juan Bravo 26 (tienen otros tres locales: el de Núñez de Balboa, el de Rosario Pino y el de la Av. Casa Quemada), donde teníamos mesa esperando. Primero nos comimos de aperitivo unas aceitunas verdes deshuesadas que parecían pelotas de ping pong por el tamaño, y unas pequeñas croquetas locales. Como es de esperar y su nombre lo indica, la especialidad de la casa son los arroces y les hicimos honor: se pidió de entrante uno seco de nombre arroz montañés, que tiene liebre, caracoles y setas y que les tengo que recomendar vivamente pedirlo cuando pasen por alguno de estos locales… Sencillamente espectacular; la carne de liebre muy tierna, el arroz bomba en su justo punto, los caracoles de película y sobre todo de sabor insuperable. De principal se ordenó un arroz meloso de nombre marinero, que viene con mariscos y cigalas y que cumplió el fin para el que fue encomendado.
Los arroces solo salen para dos personas, así que tomen sus precauciones para que no les sobre comida como nos pasó. Felizmente en casa tenemos audiencia. Precio por cuatro personas con dos botellas de vino: 180 euros.
Cigalas |
Regresamos a casa después de almuerzo para decidir un plan nocturno y en pleno consenso nos fuimos al Restaurante La Ancha, que queda en Príncipe Vergara 204 y tiene un segundo local en Zorrilla 7, también un clásico madrileño con una clara especialidad: las Escalopas Armando, que no es otra cosa que un gigantesco – créanme: gigantesco en todo el sentido de la palabra - apanado híper delgado y crujiente de ternera al que acompañan de cebolla frita y papas a la crema dentro de una fuente de al menos 50 cm de diámetro.
Llegamos como a las 11 de la noche y dimos paso a aperitivos y a principales como los siguientes:
Salmorejo cordobés.
Chipirones encebollados.
Sesos rebosados con cebolla frita.
Tres escalopas Armando.
180 euros por 5 personas, incluido helados, copas de vinos, cerveza, gaseosas y café.
Restaurante La Ancha, en Príncipe de Vergara |
Salimos de compras gourmet al Hipercor donde nos fue literalmente imposible, ni siquiera remotamente, cargar con las compras de viaje (las enviamos a casa mediante un servicio a domicilio): jamones, quesos curados, semicurados, de oveja, de cabra, franceses de diversos estilos, choros crudos, tentáculos de pulpo cocido, bacalao fresco, aceites de olivo de diferentes cepas, enlatados de toda índole, salmorejo, chorizos, lomos embuchados, fuet, lacón, jamón de cerdo ibérico fresco, morcillas, empanadas, pasteles salados y no sé que más que ni me acuerdo. Calculo unas dos o tres maletas para poder llevar todo este festín a Lima. Allá la aduana será otra historia; supongo que será como siempre: todo irá bien, así que vayan preparándose los habitué para un próximo domingo en casa (!!!) ya que el lunes empiezo una dieta estricta para bajar los 5 kilos que me he subido y cerraré la despensa hasta nueva orden.
Lacón Servido |
Como de costumbre hicimos plan para almorzar y el elegido fue La Gabinoteca, ubicado en calle Fernández de la Hoz 53 (www.lagabinoteca.com). Llegamos a las tres de la tarde, hora pactada por todos. Al sitio vale la pena darle una mirada por la web; tiene un concepto novedoso, así como su comida y el estilo como la sirven. Incluyo los vinos, los cuales elijes de acuerdo a tu estado de ánimo.
Éramos mis dos hermanas, Michelle y yo, y elegimos picar:
Foie crema catalana (viene en un pocillo como una creme brulée más manzana caramelizada).
Tomates verdes de Almería con escamas de sal inglesa.
Ensalada de hojas verdes mini con queso blanco y aliño de casa.
Huevo, patata y trufa (viene en un tarro de vidrio).
Bocata de calamares y cebollas crujientes en pan tostado con pimientos.
Croquetas semi liquidas de jamón ibérico.
Ventresca de bonito a la parrilla con mirpoix de legumbres (muy buena).
Almondigas (se escriben así en este restaurante) de ternera con papas paille.
Noodles a la española (vienen en esas cajitas de cartón de comida china y en este caso eran fideos con angulas en salsa verde de pescado).
Carrilleras de ternera al vino con puré neutro de papa blanca.
De postre, uno: crema de queso igual a la que sirven en Arzac, es decir de PM; copas de vino, gaseosas y aguas para una cuenta de 85 euros por cuatro personas. No es nada caro, al contrario: 20 euros por persona es barato para el nivel de la cocina y el ambiente vanguardista.
La Gabinoteca |
Teníamos planeado salir esta noche a buscar vacilón por el centro de la ciudad pero la timba se armó en casa y terminé cocinado un chaufa con su alioli, más un saldo de un arroz caldoso de cigalas y almejas que completó el menú y puso fin a las expectativas de salir por esta noche. Mañana será otro día… y el último.
Dejé la casa cuando dejaba sentir su poder mañanero. Tomamos el metro de Mirasierra camino hacia Príncipe Vergara, estación de metro donde hicimos una pascana en Alcalá UnoDosCinco Restaurante y Pinchos, en Alcalá 125, donde tomamos unas copas de verdejo para arreglar los nervios. De ahí fuimos al Corte Inglés de Goya a pie, donde tenía reservado un brie francés relleno de trufas que envasé al vacio para el viaje.
Alcalá UnoDosCinco Restaurante y Pinchos |
Llegamos a las tres de la tarde al Llar, en Fernández de los Ríos 11, restaurante asturiano que elegí entre tres de los pensados para ir; los otros eran el Paraguas y el Parrondón, que se merecen los mismos elogios pues todos son los que a mi parecer representan mejor la cocina de Asturias: ¡a degustar!
Comenzamos con unos aperitivos de pan local con queso de Cabrales.
Sugerencias - El Llar |
De piqueo:
Morcilla de Burgos de excelente factura (arroz).
Croquetas líquidas de jamón serrano.
De principales:
Fabada de almejas.
Fabada asturiana.
De postres:
Torta de Santiago.
Helados caseros.
Para variar paré en la tienda Sánchez Romero e incluí en el peso de equipaje a llevar presa y secreto de cerdo Ibérico pata negra, que para lo que no saben qué significa, es el ultra plus de este bicho sacrificado para nuestro placer.
Realmente increíble el almuerzo: las fabes eran mantequilla pura llenas de sabor y sobre todo me dejaron la ilusión de volver a este gran lugar. Vengan, es muy bueno y el precio es regalado: 140 euros por 5 personas con dos botellas de vino Albarillo por supuesto.
Mapa del Área Explorada |
Partimos por la noche a Lima después de 35 días viajando, disfrutando a los amigos y ciudades con sus virtudes y defectos. Si hago cuentas, son más de 4,200 kilómetros recorridos por el grupo de legionarios que formamos parte de esta aventura culinaria, de esta unión de buenos amigos con un solo fin: pasarla bien. Se empezó en Paris el 14 de mayo y se ha recorrido la Loire, Bordeaux, St. Moritz, San Sebastián, Bilbao, Santander, León, Santiago de Compostela, Vigo, La Toja, Porto, Coimbra, Lisboa, La Algarve y Madrid, sólo por comentarles las ciudades principales. No estoy incluyendo las pequeñas donde hemos parado a almorzar en varias ocasiones y que están registradas en las crónicas precedentes, en las fotos tomadas en nuestra memoria y sobre todo en nuestras barrigas!!!
Hay que comenzar la dieta para poder viajar. Próximos destinos posibles para octubre:
Tahití - Nueva Zelanda – Australia.
París - La Bretaña – Normandía - la Selva Negra – Dinamarca – Noruega - Suecia.
Cádiz - Málaga – Toda la costa hasta Barcelona - Tren para hacer la Bretaña y todo lo demás hasta la Selva Negra.
Singapur – Malasia – Indonesia - Dubái o Brunei - Corea del Sur o Vietnam.
Previo este viaje se podría hacer uno chiquito en julio a Nueva York para ver como van las cosas por allá y aprovechar para ver un nuevo play musical entre buenos restaurantes locales, para variar… ¿¡Se animan!?
Les dejo esta reflexión para el final de este viaje:
“Vivir no cuesta nada, lo que cuesta es saber vivir”.
Viajero Gastrónomo