DÍA6
No voy a repetir la historia de la rutina mañanera, pero es la misma de los días anteriores: llegamos como a las 8am a Philipsburg, St. Maarten, que es la más sofisticada y elegante de todas las islas europeas en el oeste del Caribe. En la parte holandesa la acción se concentra en Philipsburg (la capital) donde se puede apreciar la plaza Wathey y el hotel Passangraham en el cual se alojaba la realeza holandesa. Además pueden pasarla bien, ya que tiene unas muy simpáticas calles llenas de tiendas de quesos, chocolates y artículos importados, restaurantes muy acogedores y sobre todo con muy buenos precios. Tiene la particularidad que es mitad holandesa y mitad francesa (como comprenderán, dos tipos de cocina, idiomas y maneras de vivir diferentes, pero una cosa en común: bellas playas y gente muy cosmopolita). La parte francesa se llama Marigot. Es un París en quintaesencia, donde los residentes toman su café en los sidewalk cafés, mirando el mundo pasar. El pueblo está lleno de buenos bistrós con la mejor comida francesa del Caribe. Nosotros fuimos a una playa llamada Oriental Beach, distante veinticinco minutos del terminal portuario y a US$16.00 por cabeza el transporte ida y vuelta. Moneda: el florín antillas o guilder, también el euro. Lenguas: holandés, francés e inglés.
Nos pegamos un vacilón de la jijuna, había unos restaurantes muy simpáticos franceses que nos vendieron muchas docenas de escargots bourguignonne, rum punch local y los famosos baldes de seis cervezas por US$.10.00. Motos acuáticas para alquilar, buceo, paseo en catamarán... en fin, había de todo para vacilar en vez de estar en el terminal gastando marmaja en las mismas tiendas de siempre (las de los diamantes y los finos relojes. En algún momento pasaré por los Jaeger-LeCoultre para ver las novedades).
Esa tarde fuimos a almorzar al Aqua el siguiente menú: calamares a la milanesa, consomé de split pea, ensalada de melón rubí red con vinagreta de raspberry y queso feta, brocheta de lomo kobe con demi-glace de cebollas, pechuga de pollo bebé en costra de parmesano con tortellinis a lo Alfredo (o sea yo), lenguado con almendras y un risotto de tres quesos y hongos salvajes. De postre: dulce de leche, brownie de trufas y sorbete de fresa para el punto final.
Esa noche había el show de Mark Yuzuik (famoso hipnotizador de comedias venido directo de Las Vegas), casino de ley y cena en uno de los mejores restaurantes del barco, de apellido Cagney's (famoso steak house de Chicago) con un sistema en el barco que te cobran un fee de US$25.00 por persona para cenar en los exclusivos (que en este barco son el francés de nombre Le Bistrot; el italiano que se llama La Cucina; los asiáticos Sushi Bar, Bamboo y Teppanyaki, y una churrasquería estilo brasileña llamada Moderno. Los demás son sin costo pero no tienen la misma calidad .
A lo nuestro: martinis para arrancar, excelente pan caliente con mantequilla triple AAA, ostras Rockefeller, clam chowder, prime rib au jus, salmón Oscar, crême brûlée y finos digestivos coronaron la noche. Pasadita por el casino, donde de pura suerte me tocaron dos diamantes y un siete que me permitieron dormir esa noche US$.700.00 más rico.
DÍA 7
Hoy nos tocó St. John´s, Antigua, muy conocida por sus hermosas playas y paradisiacas caletas, así como por sus corales. Los ingleses llegaron en 1632 pero tuvieron que luchar y sólo en 1667 tomaron el control después de muchas batallas contra los indios caribeños, apoyados por los holandeses y los franceses. St. Jhon's alberga la catedral del santo Juan el Divino, construida en el 1681 en madera y reconstruida en piedra en 1745. Llegamos con un clima espectacular bien temprano por la mañana y después de una agradable rutina mañanera muy parecida a los de los días anteriores (es decir gym y desayuno, desaydós, desaytrés...) bajamos a tierra. Como a mí no me provocaba ir a las playas locales me quede con dos de mis hijas a las cuales engreí con buen shopping. Almorzamos como a las tres de la tarde: cake de cangrejo azul, sopa mexicana con tortilla, ensalada de pollo turco con greens, lomo y camarones estilo New Orleans con puré de papa Yukón, zucchini y salsa de vino cabernet, pavo al romero relleno de cebollas caramelizadas con sprouts, tilapia al limón y pimienta con papas gaufré, espinacas y mantequilla de ajo, pastel de berenjena gratinada con mozzarella fresca de búfala con salsa toscana de tomate , flan caramel, tartaleta de abridores y sorbete de piña para el punto final. Siesta obligada, show de Justino y Daniela, que nos llevaron en un viaje de alta velocidad presentando los mejores actos de variedades de Las Vegas con muchos actos de magia, ilusiones, malabares y acrobacia en el aire. Casino como todas las noches (en total relax), unos buenos valses caribeños y regaee swing en la discoteca y a soñar con los angelitos.
Catedral de San Juan el Divino |
DÍA 8
Bridgetown, Barbados: el primer barco inglés que llegó a esta isla lo hizo en 1625, dando lugar a una mezcla de culturas muy colorida. A los residentes locales los llaman bajans y mantienen muy vivas las tradiciones (como el cricket, entre otras costumbres muy british). No te puedes perder de visitar la Plaza Trafalgar (hogar del bronce del Almirante Lord Horatio Nelson) y el Museo de Barbados (que fue originalmente la prisión militar). Si te gustan las cuevas puedes ir a Harrison's Cave, con ríos subterráneos, estalactitas y estalagmitas que la hacen uno de los sitios más solicitados por los turistas. Al norte de Barbados hay una reserva salvaje donde puedes apreciar los monos verdes, tortugas de patas rojas, además de otros bichos. Moneda: barbado dollar. Idioma: inglés.
El crucero te ofrece diferentes tours: paseo en cuatrimotos o carros de safari por toda la isla, plantaciones de té, paseo en submarino, catamarán pirata y alguno más. Como promedio calcular US$.60.00 por cabeza. Nosotros nos fuimos a un club privado frente al mar donde por US$.13.00 por cabeza te dan tu silla, sombrilla, un trago de cortesía, Internet y vacilón durante todo el día. Para variar, o repitiendo el plato, se hizo cooler en el barco con las provisiones que teníamos de licor y jugos. Yo por mi lado me agarré a cocazos como dicen los venezolanos con plusieurs gin con gin que me dejaron medio movido pero muy contento. De almuerzo: budín de cerdo, sopa de tomates rostizados, endivias al roquefort, roast prime de beef au jus, brochetas de pollo al teriyaki con arroz de limón y pimienta, mahi mahi con alcachofas y aceite de oliva, un calzone de vegetales, seguido por un decadente de chocolate, torta de limón y sorbete de coco.
Regresamos al barco esa noche. Había un show de la famosa tropa Second City de Chicago, una muy buena comedia con una mezcla de escenas, canciones e improvisaciones: muy buen espectáculo si dominas bien el idioma inglés y el humor con mucho slang. Nos fuimos a cenar al Teppanyaki, que es un replica del Benihana of Tokio. Comenzamos con el coctel de wasabi que lleva sake, licor de lychee, jugos de lima, naranja y granadina; sopa miso con algas y aliño de kion. De principales: el pollo y vegetales yaki udon (que son fideos típicos japoneses que también los pedimos con lomo y langosta) y tofu al teriyaki; incluimos unas combinaciones llamadas samurái (de langostinos jumbo con pollo), el shogun (que es lomo kobe con pechuga de pollo), el shinto (que es de conchas sin coral con cola de langosta), arroz oriental al ajo y otros platillos más salteados frente a ti con el usual show de machetes y cuchillos. Salimos muy contentos, ya que la calidad de la materia prima y el expertise de los chefs orientales cumplieron con creces las expectativas de todos los presentes. Les recuerdo que este es un restaurante de US$.25.00 x alma.
Se redondeó la noche con una funesta pasada por los slots y las mesas del casino local. Sólo comentaré que dolió!!!!. Sólo el sueño pudo calmar los ánimos.
DÍA 9
Rutina mañanera igual que todos los días, salvo que hoy le metí frijoles, tocino y salchichas al desayuno; necesitaba energía para palear la mala experiencia con la suerte de la noche anterior en la ruleta. Pero era otro día y se pintaba muy bien, así que un pequeño almuerzo previo en el buffet del Garden, donde hicimos de las nuestras con magníficos sánguches de lomo en un pan ciabatta super blando y delicioso; lo combinamos con unas pizzas que preparan en el barco (delgadas y crocantes). A eso le incluimos varios platos de la cocina vegetariana hindú, preparados con verduras al curry de diferentes colores e intensidades, arroces perfumados, también platos de la cocina pekinesa muy bien logrados,. Frutas frescas, panacotas y otras delicias completaron el festín.
Cockleshell Beach - Basseterre St. Kitts |
Llegamos como a la una de la tarde a Basseterre St. Kitts, descubierta por Cristóbal Colón en 1493. En ella encontrarás varios históricos fuertes, entre ellos el más popular, que es el Bristome Hill (nueve millas al oeste del puerto) y data de 1690. Tiene unos interesantes complejos de bastiones, torres y barracas sobre una colina de 800 pies. En esta isla encontrarás de las mejores playas para nadar o bucear (entre ellas Cockleshell, Conaree Beach y Nag's Head). Si te gusta el treking puedes escalar el volcán Liamuiga (también llamado el cerro de la miseria) con 3,800 pies. El idioma oficial es el inglés y la moneda el dólar caribeño.
Volcán Liamuiga El Cerro de la Miseria |
Previo un pequeño almuerzo en el barco, bajamos a tierra y nos fuimos los veinticinco del grupo en una van tipo safari al Marriott, hotel que tiene magníficas instalaciones para el disfrute del día. Si te quieres meter a la piscina tienes un fee de US$.35.00. En nuestro caso - por una buena propina - nos dieron tres cabañas con todo lo necesario para gozar del día de playa. Con gran sorpresa comprobamos que tenía la temperatura de mar más caliente y el agua más cristalina de todos las islas que habíamos visitado en este viaje. Esto sumado al excelente servicio de un hotel cinco estrellas muy profesional. Como a las cinco de la tarde dimos por concluido el día de playa (que yo aproveché para darme una vueltita por las instalaciones del casino del hotel - cinco veces más grande que el del barco - donde me recuperé con alguito). Compras muy buenas en las tiendas libres de impuestos, sobre todo los licores: compramos las 1.75 lt. de Gray Goose a US$.47.00 y las Gold Label de litro a US$. 55.00, ambas con muy buen precio.
De regreso al barco almorzamos en el buffet abierto 24 horas del Garden: diversos manjares de la cocina caribeña, que estaba de gala en esta oportunidad que no dejamos pasar. Siesta, paseos por el barco, buena conversación con los amigos y familia, cena de nuevo en el Cagney's repitiendo el mismo menú que nos había gustado mucho: ostras Rockefeller, langostinos Jack Daniel's, clam chowder, prime rib aus jus, filete de lomo kobe y sirloin steak. De guarniciones: papa al horno de Idaho con todos los gadjets, como sour cream, mantequilla, chives, tocino frito, puré de papas al ajo, papas fritas con aceite de trufas, una buena ensalada de la casa y el final con platón de quesos de degustación y el tradicional New York Cheese Cake. De tomar, buen vino californiano.
Exquisito Prime Rib Au Jus |
Esa noche como, de costumbre, había diversos planes: fiesta latina en la discoteca, show de variedades con el elenco del Norwegian Dawn, tributo a los Blues Brothers y las Soul Sisters con la banda Jump. Como verán había planes variados, incluyendo un bingo al que fuimos y donde la pasamos muy entrete.
DÍA 10 Y DÍA 11
Estos dos días serán de navegación hacia el puerto de Miami sin ninguna parada, sólo el vacilón que ofrece la línea de crucero sumado al placer de viajar con la familia y amigos queridos.
Les comentaré que en el día 10 y lo mismo el día 11 la pasamos en la piscina del barco con estupendos bloody marys preparados por el barman del Dawn. Mucho sol, buenos piqueos, conversación, baile con la banda y diversión jugando backgamon y buraco... y así se nos pasó todo el día. Por la noche nos tomamos las tradicionales fotos de familia con los expertos fotógrafos de abordo, hicimos las compras finales en el duty free (donde tuve la suerte de agarrar 40 % de descuento en un reloj Tag Heuer al que le había echado el ojo desde el día one). A mi flaca le regalé unos bonitos aretes de Diamonds Are Forver. Cena en el Moderno Churrascaria, donde se dio cuenta del siguiente menú: classic caipirinha y la famosa batida de morango (fresas), salad bar con variedad como la ensalada de atún, vainitas francesas, papa, frijoles, pasta, puré rostizado de ajo, palmitos, espárragos, ceviche, carnes curadas, quesos artesanales, panes de queso y de leña y muchos otros de carnes: picaña, centro de lomo al ajo con sal marina, costillas de buey, lomo fino, pollo pierna y pechuga ahumadas, costillas bb de cerdo, lengua, chorizos variados, chuletas de cordero australiano. De guarniciones: arroz a la mantequilla, frijoles negros, puré de papa al ajo, plátanos fritos. De postre: crema de papaya, flan de coco, arroz con mango, dulce de leche y... Aquí daré por finalizado este viaje por buena parte del Caribe con muy buen clima y son!!!
Como verán fue un crucero muy entretenido, con mucha comida para digerir. Yo en lo particular algunos días quedé muy saturado pero a la vez contento ya que, a pesar de que no es de las líneas de crucero prime, la Norwegian (que es la que tomamos) cumplió con creces.
Por otro lado, estos viajes son los mejores momentos para pasarla bien en familia. Sin discusión alguna son la mejor oportunidad para retomar conversaciones pendientes o iniciar algunas memorables. Se los recomiendo, no se van a arrepentir.
Salimos del puerto de Miami el Día 11 como a las diez y media de la mañana, totalmente relajados y satisfechos, para dirigirnos en los próximos dos días a hacer algunas compritas innecesarias pero necesarias en los diferentes malls (como Aventura, Bal Harbour o Sawgrass) y parada obligatoria en los supermercados para llenar algunas maletas de quesos importados, cortes de carnes, como quince kilos de pollo americano (que tiene muy buen sabor si consigues el que no tiene químicos), los famosos jugos de tomates Mr. T spicy para los bloodys, dos mil pomos de condimentos, veinte hamburguesas de Five Guys o de Five Napkin Burger, panes de molde, de hot dog, de hamburguesa, chocolates Godiva, los originales de SF Girardelli, media caja de malta super premium de 18 años, algunos vinos que no se consiguen en Lima y muchas otras delicatessen que harán las delicias de los amigos que frecuentan mi casa con regularidad.
Les escribo esta crónica como siempre desde la estupenda Business de LAN (línea donde el trato es a cuerpo de rey), camino a casa después de mamarme tres horas adicionales de espera por un retraso no programado. Hoy nos tocó, aparte de su famoso champán frenchute de bienvenida, un estupendo filete de lomo con puré y, para mí, un mahi mahi con mantequilla y un risotto de orzo con hongos que mereció unas felicitaciones y un aplauso de pie si me hubieran dejado pararme (pero estábamos con alerta por una ligera tormenta que nos impedía quitarnos el cinturón de securité). Helado de chocolate Häagen Dazs y pondré una película para echarme a roncar horizontalmente como debe ser.
Espero, mis queridos y fieles seguidores de estas sacrificadas fábulas y travesías culinarias, que hayan vivido y digerido con sapiencia, paciencia y buen humor esta muy larga crónica que se hizo con cariño, mucho apetito y sobre todo cumpliendo con mi deber sagrado de enseñarles el glorioso camino de la gula, en el buen sentido de la palabra.
À bientôt, mes chers amis.
Bon Appétit!