Valencia: ciudad de las naranjas, de las paellas y de los guisos de anguila, sus mariscos y demás pescados… Las anguilas vivas en el mercado te las benefician delante de ti y te las preparan in situ. Pueden prepararse en pequeños restaurantes aledaños con aceite de olivo, ajo y perejil que te ponen OSO (si me entienden lo que quiero decir).
Llegamos a Valencia por tierra desde Barcelona conduciendo un Seat Alhambra súper cómodo en un viaje muy agradable, por cierto, que bien vale la pena hacer. Son más o menos 350 kilómetros que podrán hacer en 4 o 6 horas dependiendo del ritmo que se quieran imponer. Solo les recomiendo tener un GPS para que los alerte de los radares de la Guardia Civil, para bajar la velocidad que es de 120 km/h en la mayor parte.
Westin Valencia |
Nos esperaba el Westin Valencia, un emblemático edificio modernista que ha sido parte de la vida de Valencia desde 1917. Su transformación en 2006 dio a luz el hotel más glamoroso, innovador y cosmopolita de la ciudad. The Westin Valencia es un oasis de relajación en el corazón de la ciudad. Su estratégica ubicación lo sitúa a un paso de los lugares de mayor interés en Valencia, como son La Ciudad de las Artes y las Ciencias, el centro histórico o el Parque Natural de la Albufera.
Sus confortables 135 habitaciones y suites, las más amplias de la ciudad, están diseñadas en un elegante estilo art-déco que les proporciona una atmósfera cálida y relajante; son un ejemplo perfecto para una experiencia… En resumen, un hotel de la puta madre e hijos como dice el Chueco.
Mi hermano Manuel Mandamás de la cadena Luxury Collection nos consiguió dos suites increíbles con desayuno-buffet (que les contaré más tarde) por la módica suma de 160 euros por noche, lo cual es un regalo. Desde aquí ¡gracias Manuel!
Impresionante Ciudad de las Artes y las Ciencias |
Bueno, dos días para vacilar esta costera ciudad.
Valencia es la capital (y la localidad más poblada) del municipio de la provincia homónima y de la Comunidad Valenciana, aunque anteriormente fue también capital de la extinta comarca de la Huerta de Valencia, que en 1894 se disgregó para formar las comarcas de la Huerta Norte, Huerta Sur, Huerta Oeste y ciudad de Valencia, quedando así constituida como la única ciudad-comarca de la Comunidad Valenciana. Es el tercer municipio por población y la tercera área metropolitana de España.
Valencia se fundó como colonia romana en el año 138 a. C., siendo cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, y se denominó Valentia Edetanorum. Varios siglos después, en el año 711, los musulmanes ocuparon la ciudad, aportando su lengua, religión y costumbres, así como la implantación de sistemas de riego y la introducción de nuevos cultivos. En el año 1238 el rey cristiano Jaime I de Aragón conquistó la ciudad y repartió las tierras entre los nobles que lo ayudaron a conquistarla, tal y como queda testimoniado en el Llibre del Repartiment. También creó una nueva ley para la ciudad, los Fueros de Valencia, los cuales se hicieron extensivos al resto del reino de Valencia. En el siglo XVIII, Felipe V derogó los fueros como castigo al reino de Valencia por alinearse con los Austrias en la Guerra de Sucesión española. No fue hasta el año 1982 cuando el antiguo reino de Valencia recuperó su autogobierno y se instituyó a Valencia como la capital de la actual Comunidad Valenciana, tal y como recoge el Estatuto de Autonomía.
El Turia |
La ciudad está situada a orillas del río Turia, en la costa levantina de la península ibérica, justo en el centro del golfo de Valencia. A unos 10 kilómetros al sur de la ciudad se encuentra la Albufera de Valencia. La albufera es uno de los lagos más grandes de España y debido a su valor cultural, histórico y ecológico, este paraje natural fue el primer parque natural que declaró la Generalidad Valenciana, en el año 1986.
En la actualidad la economía de la ciudad se centra en los servicios, aunque la ciudad mantiene una base industrial. Por otro lado, las actividades agrícolas tienen una importancia relativamente menor, dedicadas en su mayor parte a cultivos de huerta y cítricos. Es una de las ciudades con mayor afluencia de turismo nacional e internacional del conjunto del país. Entre sus monumentos más representativos se encuentran el Miguelete, la Catedral, las Torres de Serranos y de Quart, la Lonja de la Seda (declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996) y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. También hay que destacar que el Museo de Bellas Artes de Valencia es, por su relevancia, uno de los primeros de España, al igual que el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).
El Miguelete o El Micalet |
Debido a su larga historia, esta es una ciudad con innumerables fiestas y tradiciones, entre las que cabe destacar las fallas y el Tribunal de las Aguas (declarado en el año 2009 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad). Además de esto Valencia ha sido, y es en la actualidad, escenario de diversos eventos mundiales como la Exposición Regional de 1909, la 32ª y la 33ª Copa América de vela, el Gran Premio de Europa de Fórmula 1, el Open 500 de tenis y el Global Champions Tour de hípica.
Bueno, basta de info, nos dedicamos a lo nuestro. Previos socotrocos de Belvedere con jugo de naranja fresco de la ciudad, nos dirigimos al Restaurante Civera, marisquería ubicada en Mosén Femades, 10 www.civeraencasa.com, www.marisqueriascivera.com
Allí nos regalamos como si nos lo mereciéramos: cuatro aperitivos cortesía de la casa, un combinado de pan artesanal más un pulpo a feria de buena factura (suave y tierno como la seda hindú), chipirones con verduras de estación, un arroz caldoso de pato y foie y la mejor paella de conejo y caracoles que hemos comido en muchos años. Realmente un homenaje al sabor en toda su dimensión. No puedo describirlo, solo decirles que es un imperdible sin lugar a dudas, sobre todo en este local altamente recomendado por la Guía Michelin. Sigamos el cuento; buen vino Terras Gauda, repostería casera, dulcecitos y por supuesto licor de frutas para terminar; todo por la módica suma de 150 euros para cuatro personas que lo pagarán más que felices, se lo aseguro, ¡si no, me corto las venas!
Chipirones con Verduras del Civera |
Un paseo por el centro de la cuidad precedió nuestro regreso al Westin para descansar en una de las mejores camas de hotel, que solo tienen sus iguales en los Four Seasons Hotels donde nos hemos alojado en algunas oportunidades… Et bonne nuit mes enfants que demain matin nous attend une journée pleine d’aventures …
Fachada del Mercado Central de Valencia |
Me levanté con unas pilas increíbles a las seis de la mañana y jodí a Michelle hasta que logré que me acompañara a hacer un footing matutino para abrirme el apeto. Salimos del hotel sin rumbo fijo trotando hacia el Mercado Central, que ocupa una superficie de más de 8.000 metros cuadrados. Está hecho en metal, vidrio, madera y cerámica, y tiene una planta baja y un sótano. Se encuentra cubierto por originales cúpulas y techumbres a diferentes alturas, cargado de luz y colorido debido a un efecto producido al penetrar la luz por las vidrieras de colores. Sobresale su airosa estructura rematada por una bellísima cúpula. Fue restaurado y se recuperó como centro de ocio y en su interior alberga en la actualidad algunos restaurantes, cafeterías y tiendas adonde llegamos después de pasar por el Coso de Toros, el Mercado Colón y el Ayuntamiento. Calcular unos 30 minutos de caminata rápida para llegar a este lugar donde realmente vives la ciudad (si me entiendes lo que que quiero expresar).
Interior del Mercado Central de Valencia |
Mi filosofía es: si no conoces el mercado de una ciudad no conoces a su gente y sus costumbres y, por ende, solo serás un ave de paso y no podrás entender ni disfrutar del lugar que visitas; te convertirás en un turista como muchos en el mundo, solo tomando fotos y pasándola bien, por cierto, para enseñarles tus fotos a los tuyos, fotos de los lugares por donde has ido dejando huellas sin haber sabido vivirlos en buen cristiano.
No comí, pero sí compré morillas, aceite de olivo extraordinario, sales de río y un paté que mis hijos espero aplaudan cuando se lo sirva en el chateau de campo. Lo acompañaré de unas tostas del pan de Lima27, que a mi sano o no sano juicio es el mejor… y los reto desde aquí a que me lo pidan para enviárselos a sus respectivas casas, de cortesía como debe ser entre amigos que siento que somos.
Regresamos al hotel pasadas las 10 de la mañana habiendo recorrido más de 10 kilómetros entre paseo, ejercicio, placer, etc. Sauna, masaje y desayuno buffet obligado. Solo les comentaré que me quedé pegado en las morcillas o, como son llamadas por estos lares, butifarrones… o si tienes confianza les dices “¡pásame una negra!”
Salimos a caminar nuevamente pero con un objetivo: un lugar que divisé a las afueras del Mercado Central, donde ofrecían unos prometedores huevos con foie que quería desayunar. Previo a este manjar hicimos una parada o pascana en un tapería local de apellido Casa Mundi, ubicada en el Carrer de Joan d'Aústria. Allí picamos una butifarra negra de cebolla, un par de croquetas de bacalao y disfruté de la barra con su guiso de caracoles, los mejillones al vapor, sus albóndigas de carne y los chipirones entomatados.
Proseguimos el periplo y llegamos al Mercado Central, donde Supergourmet www.supergourmet.es, para dar cuenta de dos cañitas bien frías, un arroz a banda y una ración de pimientos del Padrón por 14 euros.
Matamos el resto de la mañana paseando por la Lonja, la Catedral y sus callejuelas; nos dimos tiempo para irnos a conocer la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde entramos al Oceanografic (considerado el acuario más grande de Europa) así como al Hemisferic. Ambos, más el Museo de Arte Contemporáneo, valen la pena.
Siesta obligada de dos horas en el hotel y nos fuimos al Poblet, en calle Correos 8 www.elpobleterestaurante.com, de propiedad de Quique Dacosta, nacido en Jarandilla de la Vera, en Cáceres. Él es un chef con varias estrellas Michelin. Tiene el Restaurante el Denia y el Gastrobar Vuelve Carolina (ubicado en la primera planta del Poblet).
Quique Dacosta Restaurante se abrió en 1981 con el nombre de El Poblet, el mismo nombre de la urbanización en que se ubica. Nadie hubiera presagiado por entonces que ese lugar de comida castellana se convertiría en uno de los referentes de la gastronomía mundial veinte años después. Quique Dacosta recaló aquí en septiembre del 1989 y pasó por todas las partidas antes de quedarse con la dirección de la cocina. Diez años después era propietario del restaurante.
Tres Estrellas Michelin, Premio Nacional de Gastronomía como Mejor Jefe de Cocina en 2005 y Premio Nacional de Gastronomía 2009 a la Mejor Publicación, dos veces considerado Mejor Cocinero del Año por Lo Mejor de la Gastronomía, Mejor Pastelero del Año 2008 (Juanfra Valiente), Mejor Maître del Año 2009 (Didier Fertilati), resaltan entre otras muchas menciones que ostenta Quique Dacosta Restaurante.
Comenzamos con dos copas de Fino Palomino Tres Palmas - espectacular de sabor y aroma - para proseguir con un par de abrebocas: un mini salmorejo aireado y un mini foie con gelatina de Cuba libre de buena factura. Nos trajeron un pan artesanal ahumado de maíz que merece un aplauso de pie.
Puesto de Jamones en el Mercado Central de Valencia |
Regresamos al hotel pasadas las 10 de la mañana habiendo recorrido más de 10 kilómetros entre paseo, ejercicio, placer, etc. Sauna, masaje y desayuno buffet obligado. Solo les comentaré que me quedé pegado en las morcillas o, como son llamadas por estos lares, butifarrones… o si tienes confianza les dices “¡pásame una negra!”
Salimos a caminar nuevamente pero con un objetivo: un lugar que divisé a las afueras del Mercado Central, donde ofrecían unos prometedores huevos con foie que quería desayunar. Previo a este manjar hicimos una parada o pascana en un tapería local de apellido Casa Mundi, ubicada en el Carrer de Joan d'Aústria. Allí picamos una butifarra negra de cebolla, un par de croquetas de bacalao y disfruté de la barra con su guiso de caracoles, los mejillones al vapor, sus albóndigas de carne y los chipirones entomatados.
Proseguimos el periplo y llegamos al Mercado Central, donde Supergourmet www.supergourmet.es, para dar cuenta de dos cañitas bien frías, un arroz a banda y una ración de pimientos del Padrón por 14 euros.
Supergourmet en el Mercado Central |
Matamos el resto de la mañana paseando por la Lonja, la Catedral y sus callejuelas; nos dimos tiempo para irnos a conocer la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde entramos al Oceanografic (considerado el acuario más grande de Europa) así como al Hemisferic. Ambos, más el Museo de Arte Contemporáneo, valen la pena.
Siesta obligada de dos horas en el hotel y nos fuimos al Poblet, en calle Correos 8 www.elpobleterestaurante.com, de propiedad de Quique Dacosta, nacido en Jarandilla de la Vera, en Cáceres. Él es un chef con varias estrellas Michelin. Tiene el Restaurante el Denia y el Gastrobar Vuelve Carolina (ubicado en la primera planta del Poblet).
Quique Dacosta Restaurante se abrió en 1981 con el nombre de El Poblet, el mismo nombre de la urbanización en que se ubica. Nadie hubiera presagiado por entonces que ese lugar de comida castellana se convertiría en uno de los referentes de la gastronomía mundial veinte años después. Quique Dacosta recaló aquí en septiembre del 1989 y pasó por todas las partidas antes de quedarse con la dirección de la cocina. Diez años después era propietario del restaurante.
Quique Dacosta |
Tres Estrellas Michelin, Premio Nacional de Gastronomía como Mejor Jefe de Cocina en 2005 y Premio Nacional de Gastronomía 2009 a la Mejor Publicación, dos veces considerado Mejor Cocinero del Año por Lo Mejor de la Gastronomía, Mejor Pastelero del Año 2008 (Juanfra Valiente), Mejor Maître del Año 2009 (Didier Fertilati), resaltan entre otras muchas menciones que ostenta Quique Dacosta Restaurante.
Comenzamos con dos copas de Fino Palomino Tres Palmas - espectacular de sabor y aroma - para proseguir con un par de abrebocas: un mini salmorejo aireado y un mini foie con gelatina de Cuba libre de buena factura. Nos trajeron un pan artesanal ahumado de maíz que merece un aplauso de pie.
Como queríamos probar otro lugar esa noche, solo ordenamos dos soufflés de patata y raviol crujiente con yema de huevo líquida y compartimos un Arroz Cenizas que nos llevó directo al Olimpo. Se trata de un arroz caldoso con higaditos de pichón, trompetas de la Muerte en el sofrito, hilos de cabello de ángel de gelatina negra con aceite de trufas, polvo negro de arroz inflado y un mínimo de aserrín fino de parmesano. Mereció una hora de ovación, parado aplaudiendo a rabiar, ¡qué tal plato! Súper, dúper, tríper… Excelente, ¡que tal flipada!
De tomar, un par de copas de Verdejo Emina 12, para un total de 67 euros por dos personas compartiendo un plato.
Salimos a caminar durante más de una hora por los alrededores del centro de la ciudad para tomar un taxi a la zona de la playa, donde quedamos asentados en el Restaurante El Coso - especialista en Arroces y Pescados - ubicado en el Paseo Neptuno 12, www.elcosodelmar.com. Como no podía ser de otra manera compartimos una ración de morcillas de Burgos gratinadas con una muselina de ajo y una muy buena paella valenciana, pan para acompañar, cuatro vodkas con naranja valenciana, además de café, para un total de 77 euros por dos personas.
Bueno, ya le habíamos sacado en demasía el jugo a esta jornada, lo cual ameritó volver al hotel a descansar para al día siguiente partir hacia Alicante. Allí almorzaríamos y luego iríamos al Mar Menor, a las afueras de Murcia, donde pernoctaríamos esa noche (lo que será motivo de otra crónica).
Quedamos los cuatro más que encantados con Valencia, y nos prometimos volver en una próxima oportunidad que espero sea muy pronto.
Hoy estoy generoso, les dejo dos reflexiones:
Arroz Cenizas - El Poblet |
De tomar, un par de copas de Verdejo Emina 12, para un total de 67 euros por dos personas compartiendo un plato.
Salimos a caminar durante más de una hora por los alrededores del centro de la ciudad para tomar un taxi a la zona de la playa, donde quedamos asentados en el Restaurante El Coso - especialista en Arroces y Pescados - ubicado en el Paseo Neptuno 12, www.elcosodelmar.com. Como no podía ser de otra manera compartimos una ración de morcillas de Burgos gratinadas con una muselina de ajo y una muy buena paella valenciana, pan para acompañar, cuatro vodkas con naranja valenciana, además de café, para un total de 77 euros por dos personas.
Bueno, ya le habíamos sacado en demasía el jugo a esta jornada, lo cual ameritó volver al hotel a descansar para al día siguiente partir hacia Alicante. Allí almorzaríamos y luego iríamos al Mar Menor, a las afueras de Murcia, donde pernoctaríamos esa noche (lo que será motivo de otra crónica).
Quedamos los cuatro más que encantados con Valencia, y nos prometimos volver en una próxima oportunidad que espero sea muy pronto.
Hoy estoy generoso, les dejo dos reflexiones: