París, mayo 14, 2012
Salimos de Lima, en esta oportunidad en
un vuelo nocturno de Iberia, dado que en LAN (con quienes tenemos una relación
especial, ya que por norma el pasajero es el Rey y nos atienden de lujo
siempre) no había cupo disponible, así que... qué le vamos a hacer. El vuelo,
bueno en términos de horarios; la cama un poco dura, la atención más o menos,
la comida menos que más (salvo los chocolates) y lo más rescatable, los vinos Estupendos,
con mayúscula. De blanco tomamos un verdejo de la FINCA MONTEPEDROSO 2011 que
se expresa en clave de fruta madura (piña, melón, almíbar) y hierbas con una
notable untuosidad en boca. De tinto bebimos DEHESA LA GRANJA 2006, vino creado
por Alejandro Fernández, el creador de Pesquera a orillas del río Guareña en
Zamora, dentro de la comarca llamada Tierra del Vino. Su cepa tempranillo se
guarda veinticuatro meses en barrica; su conjunto es sabroso, cremoso, con
frescas notas balsámicas y muy agradable de beber.
Aterrizamos en
Madrid camino a París como a las dos de la tarde hora local. Como había un par
de horas de espera, procedimos al VIP de Iberia a relajarnos con un buen vino manzanilla,
de guarda, y queso francés, que hicieron
que la espera se sintiera como segundos.
El vuelo, muy
corto: una hora treinta y ya estábamos en la Ciudad Luz, donde en un taxi y veinte
minutos después estábamos en el hotel escogido. En esta oportunidad fue el
ATHÉNÉE en el 19, Rue Caumartin, en pleno centro de París (al costado de la
Opera Garnier y de la Plaza de la Madeleine, así como a quince minutos de
caminata de los Campos Elíseos). Me voy a permitir recomendarles este hotel
boutique: es pequeñito, de veinte habitaciones, pero con una excelente atención
y habitaciones de primera; calcular 300 euros por noche y bien vale la pena. Doy fe.
Como estábamos
en vena, una vez efectuado el
check-in de rigor nos fuimos de copas y tapeo, recalando primero en un pequeño bistrot
al lado del hotel, de apellido LA
TAVERNE DE L'OLYMPIA en el 25 Rue Caumartin. Allí bebimos buen vino
local y nos comimos el mejor confit de pato (canard breton) que recuerde; sencillamente delicioso, con sabor a buena
crianza y a mantequilla por la suavidad. Complementamos esta primera parada con
un assiette de fromages locales y tarta Tatin obligada. De ahí salimos a caminar
(bien abrigados pues había diez grados de temperatura) hacia el Opera, donde
Michelle y yo nos acordábamos de habernos alojado en un viaje anterior en el Intercontinental
Grand Hotel, en el Boulevard de los Capuchinos justo frente de la Opera.
Como era de
esperar, entramos al CAFÉ DE LA PAIX (famoso restaurante-bistrot del hotel)
para regalarnos una buena ración de ostras Belon N° 2, más unos langostinos de
la Bretaña y quesos de la Normandía; de tomar, Cognac LHERAUD de 1969 (a 60 euros la
copa)... Un manjar al paladar y ¡un dolor para la billetera!
Café de la Paix, Hoy |
Para terminar la
jornada, camino al hotel hicimos una última parada en un bar muy simpático
llamado BAR ROMAIN (en el 6 Rue Caumartin - www.barromain.fr ) de decoración romana, donde los mismos
dueños atienden en un ambiente perfecto para terminar la noche.
Al día
siguiente, como nadie quería tomar desayuno temprano, salimos a pasear por los
alrededores y recalamos en la sección gourmet de las Galerías Lafayette donde compré
una sal persa medio azulada y otra de guinea mezclada con azafrán, más dos quesos
maduros de apellidos Neuchâtel y Camembert, para irme acostumbrado a nuestro
próximo destino que será la Normandía. A esos gloriosos quesos le sumamos jamón
inglés de la Bretaña, coppa italiana, tostadas alemanas y… listo Calixto la
lonchera móvil.
Antes de
abandonar las galerías, hicimos un último alto en LAFAYETTE ORGANIC, donde nos
refrescamos con magníficos jugos de naranja súper frescos, una ensalada de
frutas exóticas de la Polinesia, un quiche de salmón y un panino con queso de cabra.
¡Espectacular!
A cinco minutos
a pie de donde estábamos - y a la misma distancia prácticamente del hotel -
llegamos a la OPERA GARNIER, que es la decimotercera sala de ópera de París
desde que fue fundada por Luis XIV en 1669. Fue construida dentro del marco de
los grandes trabajos de mejora de la capital ordenados por Napoleón III y
realizada por un hasta entonces desconocido joven arquitecto de 35 años llamado
Charles Garnier.
Este palacio se
compone de la fachada principal, la gran escalera, la biblioteca museo, los
vestíbulos y la gran sala de espectáculos donde se realizan innumerables obras
de ópera maestra. En nuestro caso teníamos la pieza Romeo y Julieta para ver. Recomiendo,
si están de paso por París, no dejar de venir a conocer este palacio. Vale la
pena.
De almuerzo nos
fuimos a LE GRAND CAFÉ CAPUCINES (que está en el 4 Boulevard des Capucines) donde las chicas se despacharon un
menú a base de homard (langosta) que consistía en una mousse de aperitivo, para
seguir con la mitad del bicho frío acompañada de salsas, y después comerte la
otra mitad caliente acompañada de légumes y una exquisita bisque hecha con los
corales. En el caso de Flor y Michelle, les trajeron una ronda fría compuesta
de camarones y langostinos locales, bueyes de mar y, por supuesto, una muy
buena langosta. Manolo (el más precavido) se pidió el menú del día, que en esta
oportunidad trajo una entrada de salmón ahumado con ensalada de papa de apio,
una trucha entera meunière con almendras
y crème caramel de final. Yo, súper clásico, ordené rognon (o riñón) en
salsa madera con papas paisanas, eau de vie de pera como digestivo. Precio por
cuatro personas: 220 euros.
Esa noche
salimos a caminar por la zona, recalando en el Hotel Ritz, localizado en la
Plaza Vendôme, donde asentamos posaderas en el bar del mismo nombre para
degustar un cerveza irlandesa Guiness (que es mi favorita) así como un porto
Tawny para mi flaca y Fraise des Bois y Chambord para nuestros acompañantes. Como
el día había sido largo, solamente picamos esa noche un confit de canard antes
de rendirnos en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente
fuimos a recoger el carro seleccionado pero, desgraciadamente, sólo entraron
las maletas, lo que nos obligó a cambiar de voiture para dirigirnos a CAEN.
Está situada en la Baja Normandía y a 240 kilómetros de distancia, lo que nos tomó más
de cuatro horas ya que coincidió con un feriado en Francia y la carretera
estaba endemoniada de trafico, pero la pasamos súper bien.
CAEN
Patrimonio
mundial: tiene mil años de arquitectura excepcional, situada en la región de
Calvados, en la Normandía, donde quedarán maravillados por esos monumentos que,
a pesar de los terribles bombardeos a que fueron sometidos en el año 1944,
conservan su magnificencia. No dejar de
visitar la Abbaye aux Hommes (La Abadía de los Hombres), el Castillo o Château
de Caen, así como la Abbaye aux Dames, la Iglesia Abbatiale y la de San Pedro.
Abbaye aux Hommes de Caen |
Nos alojamos en
el Hotel Adagio, que es muy confortable. Es un hotel con estudios en vez de
habitaciones, lo que lo hace ideal para viajar. Además, con muy buen precio:
110 euros por noche.
Para terminar el
día nos fuimos a la playa, exactamente a COURSEULLES-SUR-MER, a pasear. Encontramos un simpático lugar, el
HOTEL DE PARIS ( localizado en la Place du 6 Juin - www.hoteldeparis-normandie.com ), donde degustamos un menú Terroir: traía
un pastel de jamón dulce con papas de entrada, magret de pato de fondo y tarta
de manzana de postre. Yo pedí el menú Gourmandise, que traía doce increíbles ostras
frescas y naturales de entrada, riz de veau (o mollejas) al calvados de
principal, crêpes de postre, gambas y congrio (o lotte, como le dicen
localmente) para complementar lo sólido. Buen Chablis 1 cru de beber y café
antes de retornar al hotel a dormir… que mañana temprano nos vamos al MONT
SAINT-MICHEL a 120 kilómetros u hora y media de camino desde Caen.
MONT
SAINT-MICHEL
Salimos de Caen
después de un muy buen desayuno típico francés: buen pan baguette, excelente
mantequilla normanda, quesos locales, jamón paisano y fresco jugo de frutas de
la región… ¡Qué más se puede pedir!
Rebaño de Ovejas en el Mont Saint-Michel |
Llegamos al Mont
Saint-Michel y, como era fin de semana largo en Francia debido a un feriado, se
tornó imposible realizar la visita (por las grandes colas de carros y gente
para poder acceder) así que nos contentamos con verlo en toda su magnificencia
y prometernos regresar en una cercana oportunidad.
Reprogramamos el
paseo y nos dirigimos a un muy simpático puerto cerca de Omaha Beach (playa
emblemática del Desembarco de Normandía que dio comienzo a la invasión americana,
inglesa y canadiense durante la Segunda Guerra Mundial). Antes de pasar a
relatar el almuerzo les recomiendo un pequeño lugar frente al monte, donde se
encuentra un productor local - Monsieur Lefranc - que junto a su familia
produce licores como calvados, sidras, licor de pera, miel, andouilles y quesos
artesanales, entre otras delicias como una terrina al camembert o un paté de
hígado de pato. Compramos un calvados y otros tesoros culinarios para ir mitigando
el hambre en el camino a almorzar.
Llegamos a un
simpático restaurante en el pueblo-puerto de Grandcamp-Maisy, de apellido L'ESTRAN,
que no vale nada por fuera pero es un lujo por su calidad de comida. Nosotros
ordenamos ostras para comenzar, costillas de cordero, tripas a la mode de Caen, ala de raya (raie) au
beurre noisette (que estaba de película) y moules (choritos) a la crema (que es
el plato típico en la región costera de la Normandía, así como en todo Bélgica).
72 euros los cuatro, con bebidas: un regalo.
Por la tarde nos
fuimos a POINTE DU HOC, donde se encuentra el monumento al desembarco americano
y se puede ver el círculo ceremonial colocado por el gobierno francés, que
honra las proezas de las tropas de asalto del ejército estadounidense en el Día
D. También se puede observar los cráteres producto de los bombardeos de las
fuerzas aéreas y navales aliadas, los que dan testimonio de la intensidad del
bombardeo. Está el búnker antiaéreo de la Luftwaffe (que se convirtió en puesto
de comando, estación de asistencia médica y depósito de cadáveres de las tropas
de asalto), los búnkers de municiones, las casamatas (posiciones fortificadas
donde se colocaban los cañones de 155mm)… Para terminar les contaré que la toma
del puente fue fundamental para el éxito del Día D y que hay un héroe de nombre
Teniente Coronel James E. Rudder que comandó el segundo batallón de tropas de
asalto.
En toda esta
zona están las playas del desembarco: Utah, Omaha, Gold, Juno, Sword (cada una
con una historia que contarnos). De aquí nos fuimos a conocer el Cementerio
Estadounidense, ubicado a ocho millas y que alberga a 9,387 estadounidenses fallecidos
y guarda los nombres de otros 1557
fallecidos, siendo este sitio uno de los más bellos entre los 25 similares que
tienen por toda Europa conmemorando a sus bravos caídos. Les paso una web por
si quieren mas información: www.abmc.gov
Esa noche,
después de consultar mis guías culinarias, decidimos ir a cenar a un restaurante
que se llama PAIN ET BEURRE (pan y mantequilla), de un famoso chef que se llama
Ivan Vautier. Este simpático lugar se encuentra en el 46 de la Rue Guillaume le
Conquèrant, 14000 Caen. Te sirven una fórmula de menú con opciones. En mi caso
yo opté por el Menú del Chef: foie gras poêlé, crumble salé, marmalade rhubarbe-betterave,
seguido de un grenadin de veau también poêlé con una compresión de papas,
alcachofas bebés y jugo de morillas (que es la reina de los hongos en el mundo,
a mi parecer). Para terminar, un postre de chocolate con una mousse de palta y
helado de marfil (muy novedoso para mi gusto).
Las chicas cenaron
langostinos en una jalea de crustáceos y una tarta de queso de Ambert con
confitura de cebolla, jamón serrano y huevo poché como entradas. De
principales: costillas de cordero perfumadas al romero con piñones guiándonos y
pimientos de Espellette (que es un pueblo pegado a Bordeaux), y una dorada con
espárragos y parmesano en un aceite de chorizo (plato muy original). De postre:
milhojas y una crema de peras. La cuenta: 180 euros, los cuatro con una botella
de vino.
Queso Fourme d'Ambert |
Al día siguiente
nos fuimos temprano a conocer el pueblo de CAMEMBERT situado en el valle del Orne,
donde puedes recorrer el Museo del Camembert o visitar las numerosas fábricas
donde se produce este famoso queso. Les paso una dirección: Le Bourg - 61120 Camembert,
www.maisonducamembert.com , donde pueden hacer el tour completo.
Les enseñarán la historia, el terroir, su famosa leche, las diferentes etapas
de su fabricación, el affinage, la granja de Marie Harel y los quesos parientes
del camembert (como el neuchâtel, el pont l’évêque y el livarot, entre otros) que podrán degustar
acompañados de una buena sidra y por supuesto comprarlos. Escoger los de leche
cruda que son los mejores y fijarse que tengan el sello AOP que es el que
garantiza su origen en la región.
Nos fuimos a almorzar
a HONFLEUR, distante más o menos unos noventa kilómetros que se recorren muy
rápido si uno toma la Autoruta 13 que lleva directo. En menos de una hora nos
encontramos con uno de los más pintorescos y hermosos pequeños puertos de
Francia, en el que almuerzas o cenas en unos restaurantitos o bistrots
admirando la hermosa marina desde muchos ángulos. Nosotros optamos por
sentarnos en uno que se llama O BOUT DU
QUAI (al fondo del muelle), 20-22 Quai Sainte Catherine, 14600 Honfleur-Vieux
Bassin, para regalarnos buenas ostras, caracoles al ajo y mantequilla, una superlativa bouillabaisse, otra aleta de raya en mantequilla, conchas
enormes (llamadas por estos lares Coquilles Saint-Jacques) al estilo provenzal y, como no podían
faltar, los famosos choros franceses o moules marinière (que para mí son los
mejores: ya vienen cocidos en vino blanco, cebollas y perejil. Si prefieres
otra opción, te los ofrecen de mil maneras: al curry, a la crema, al azafrán,
con champiñones, etc. Precio por este magnífico repas: 113 euros por los
cuatro.
Coquille Saint-Jacques |
No dejen de
quedarse, si pueden, al menos una noche en esta ciudad de arquitectura
renacentista todavía en un estado de conservación espectacular. Bien vale la
pena, no sólo por su comida sino por sus pintorescas callecitas llenas de
historia y savoir-faire. Además está frente a LE HAVRE, donde pueden apreciar
el puente de cables al que soportan dos columnas más grandes que la Torre
Eiffel y darse una vuelta por DEAUVILLE,
balneario donde se codean los más millonarios (como los Rothschild, jeques
árabes, artistas de cine; en medio de palacios espectaculares. También es
famoso por sus festivales de cine y por sus regatas). Si van para allá alójense
en el Hôtel du Golf Barrière, un súper hotel seis estrellas.
ROUEN
Ciudad situada a
240 kilómetros de París, al borde del Sena, mantiene un status cultural y
comercial que se remonta hasta la Edad Media. Fue ocupada por los ingleses en
la Guerra de los Cien Años, y es donde Juana de Arco fue quemada, además de ser
una de las ciudades más castigadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Hôtel de Bourgtheroulde en Rouen |
Detalle del Hôtel de Bourgtheroulde en Rouen |
Nosotros nos
alojamos en el casco viejo, en el HÔTEL DE BOURGTHEROULDE, 15 Place de la
Pucelle, 76000 Rouen ( www.hotelsparouen.com ) que para nosotros es donde uno mejor
se puede quedar por su ubicación y comodidad. Es un cinco estrellas precio promedio
para este tipo de establecimientos. Como hicimos el check-in como a las seis de
la tarde (lo que dio muy poco tiempo para conocer los principales monumentos, etc.,
tema que dejamos para el día siguiente), nos fuimos a la caza de un buen
restaurante, siempre de la mano de mis dos guías: la Michelin y la de Bonnes
Tables de Petit Futé (que te da los mejores reportes calidad-precio). Esa
noche recalamos en LE P’TIT ZINC, que es
una mezcla de restaurante y bistrot en el 20 de La Place du Marché, 76000 Rouen:
nos sirvió sopa de cebolla, cassolette d'escargots (caracoles de tierra),
ravioles de trufas, un mix de ris de veau (mollejas) con rognon (riñones),
confit de pato para Michelle y dos buenas botellas de vino de la región. Café y
calvados para terminar. Precio 144 euros, cuatro personas.
Por
la mañana del día siguiente hicimos una magnifico paseo, Michelle y el que
escribe, previa caminata: ejercicio de una hora o 6 .5 kilómetros por la ciudad
con diez grados de temperatura. Llegamos a la Abadía Saint-Ouen junto al
impresionante edificio neo-clásico de la alcaldía. Este monumento gótico data del siglo XIV y tiene en su interior un
órgano de pipa considerado uno de los más bellos de Francia. De aquí nos fuimos
a la Catedral de Notre-Dame, considerada como la que tiene la torre más alta de
Francia. Construida en 1876, remplazó a una más antigua que data del 1200. Dentro
pueden ver la tumba del Rey Ricardo Corazón de León. Hay otra iglesia
interesante en la plaza del viejo mercado que es la que se erigió en homenaje a
Juana de Arco; es de corte moderno. No se pueden perder el Gros-Horloge o gran
reloj, un reloj gigante fabricado en 1527, de corte renacentista; tampoco el museo de cerámicas
ni el de cera de Juana de Arco.
Como
punto final a este periplo cultural pasamos al mercado local, donde bebimos uno
de los mejores, o el mejor, jugo fresco de naranja recién exprimido, con un
marcado sabor a flores y miel. De comer: dos tipos de pan artesanal, dos tipos
de mantequillas sencillamente de las mejores del mundo, paté de lengua, jamón
cocido artesanal, queso de chancho y dos buenos quesos de cabra… ¡Qué más se
puede pedir para un desayuno como el que disfrutamos, digno de reyes!
A
las dos de la tarde nos fuimos a hacer el check-in en el barco SILVERSEA SILVER CLOUD donde se nos unen Eduardo y Jany, así como los Ositos, para partir por diez
días en un crucero cinco estrellas por los mares del norte. Tocaremos diferentes
ciudades europeas que les iré relatando con paciencia y buen humor.
Eres el mejor!!!! Me ha encantado el articulo. Un abrazo y como te dije en Facebook, eres el mejor.
ResponderEliminarSi bien cuando la gente va a Francia suele ir a los mejores hoteles de paris, yo prefiero hacer un viaje mas diferente e ir mas hacia al norte y conocer ciudades que tienen menos popularidad, pero no por eso dejan de ser mas importantes
ResponderEliminarMe ha parecido muy útil tu artículo. Para añadir, recomiendo este artículo sobre los platos típicos de Francia: https://viajerocasual.com/comidas-tipicas-de-francia/
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