domingo, 3 de junio de 2012

París y el Norte de Francia



París, mayo 14, 2012

Salimos de Lima, en esta oportunidad en un vuelo nocturno de Iberia, dado que en LAN (con quienes tenemos una relación especial, ya que por norma el pasajero es el Rey y nos atienden de lujo siempre) no había cupo disponible, así que... qué le vamos a hacer. El vuelo, bueno en términos de horarios; la cama un poco dura, la atención más o menos, la comida menos que más (salvo los chocolates) y lo más rescatable, los vinos Estupendos, con mayúscula. De blanco tomamos un verdejo de la FINCA MONTEPEDROSO 2011 que se expresa en clave de fruta madura (piña, melón, almíbar) y hierbas con una notable untuosidad en boca. De tinto bebimos DEHESA LA GRANJA 2006, vino creado por Alejandro Fernández, el creador de Pesquera a orillas del río Guareña en Zamora, dentro de la comarca llamada Tierra del Vino. Su cepa tempranillo se guarda veinticuatro meses en barrica; su conjunto es sabroso, cremoso, con frescas notas balsámicas y muy agradable de beber.

Aterrizamos en Madrid camino a París como a las dos de la tarde hora local. Como había un par de horas de espera, procedimos al VIP de Iberia a relajarnos con un buen vino manzanilla, de guarda, y queso  francés, que hicieron que la espera se sintiera como segundos.


Red Bar del Hôtel Athénée

El vuelo, muy corto: una hora treinta y ya estábamos en la Ciudad Luz, donde en un taxi y veinte minutos después estábamos en el hotel escogido. En esta oportunidad fue el ATHÉNÉE en el 19, Rue Caumartin, en pleno centro de París (al costado de la Opera Garnier y de la Plaza de la Madeleine, así como a quince minutos de caminata de los Campos Elíseos). Me voy a permitir recomendarles este hotel boutique: es pequeñito, de veinte habitaciones, pero con una excelente atención y habitaciones de primera; calcular 300 euros por noche y bien vale la pena. Doy fe.

Como estábamos en vena, una vez efectuado el check-in de rigor nos fuimos de copas y tapeo, recalando primero en un pequeño bistrot al lado del hotel, de apellido LA  TAVERNE DE L'OLYMPIA en el 25 Rue Caumartin. Allí bebimos buen vino local y nos comimos el mejor confit de pato (canard breton) que recuerde;  sencillamente delicioso, con sabor a buena crianza y a mantequilla por la suavidad. Complementamos esta primera parada con un assiette de fromages locales y tarta Tatin obligada. De ahí salimos a caminar (bien abrigados pues había diez grados de temperatura) hacia el Opera, donde Michelle y yo nos acordábamos de habernos alojado en un viaje anterior en el Intercontinental Grand Hotel, en el Boulevard de los Capuchinos justo frente de la Opera.

La Taverne de l'Olympia

Café de la Paix, un Siglo Atrás

Como era de esperar, entramos al CAFÉ DE LA PAIX (famoso restaurante-bistrot del hotel) para regalarnos una buena ración de ostras Belon N° 2, más unos langostinos de la Bretaña y quesos de la Normandía; de tomar, Cognac LHERAUD de 1969 (a 60 euros la copa)... Un manjar al paladar y ¡un dolor para la billetera!


Café de la Paix, Hoy

Para terminar la jornada, camino al hotel hicimos una última parada en un bar muy simpático llamado BAR ROMAIN (en el 6 Rue Caumartin -  www.barromain.fr ) de decoración romana, donde los mismos dueños atienden en un ambiente perfecto para terminar la noche.

Al día siguiente, como nadie quería tomar desayuno temprano, salimos a pasear por los alrededores y recalamos en la sección gourmet de las Galerías Lafayette donde compré una sal persa medio azulada y otra de guinea mezclada con azafrán, más dos quesos maduros de apellidos Neuchâtel y Camembert, para irme acostumbrado a nuestro próximo destino que será la Normandía. A esos gloriosos quesos le sumamos jamón inglés de la Bretaña, coppa italiana, tostadas alemanas y… listo Calixto la lonchera móvil.

Antes de abandonar las galerías, hicimos un último alto en LAFAYETTE ORGANIC, donde nos refrescamos con magníficos jugos de naranja súper frescos, una ensalada de frutas exóticas de la Polinesia, un quiche de salmón y un panino con queso de cabra. ¡Espectacular!


Sector Interior de las Galerías Lafayette

A cinco minutos a pie de donde estábamos - y a la misma distancia prácticamente del hotel - llegamos a la OPERA GARNIER, que es la decimotercera sala de ópera de París desde que fue fundada por Luis XIV en 1669. Fue construida dentro del marco de los grandes trabajos de mejora de la capital ordenados por Napoleón III y realizada por un hasta entonces desconocido joven arquitecto de 35 años llamado Charles Garnier.

Este palacio se compone de la fachada principal, la gran escalera, la biblioteca museo, los vestíbulos y la gran sala de espectáculos donde se realizan innumerables obras de ópera maestra. En nuestro caso teníamos la pieza Romeo y Julieta para ver. Recomiendo, si están de paso por París, no dejar de venir a conocer este palacio. Vale la pena.

Le Grand Café Capucines

De almuerzo nos fuimos a LE GRAND CAFÉ CAPUCINES (que está en el 4 Boulevard des Capucines) donde las chicas se despacharon un menú a base de homard (langosta) que consistía en una mousse de aperitivo, para seguir con la mitad del bicho frío acompañada de salsas, y después comerte la otra mitad caliente acompañada de légumes y una exquisita bisque hecha con los corales. En el caso de Flor y Michelle, les trajeron una ronda fría compuesta de camarones y langostinos locales, bueyes de mar y, por supuesto, una muy buena langosta. Manolo (el más precavido) se pidió el menú del día, que en esta oportunidad trajo una entrada de salmón ahumado con ensalada de papa de apio, una trucha entera meunière con almendras  y crème caramel de final. Yo, súper clásico, ordené rognon (o riñón) en salsa madera con papas paisanas, eau de vie de pera como digestivo. Precio por cuatro personas: 220 euros.


Confit de Canard

Esa noche salimos a caminar por la zona, recalando en el Hotel Ritz, localizado en la Plaza Vendôme, donde asentamos posaderas en el bar del mismo nombre para degustar un cerveza irlandesa Guiness (que es mi favorita) así como un porto Tawny para mi flaca y Fraise des Bois y Chambord para nuestros acompañantes. Como el día había sido largo, solamente picamos esa noche un confit de canard antes de rendirnos en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente fuimos a recoger el carro seleccionado pero, desgraciadamente, sólo entraron las maletas, lo que nos obligó a cambiar de voiture para dirigirnos a CAEN. Está situada en la Baja Normandía y a 240 kilómetros de distancia, lo que nos tomó más de cuatro horas ya que coincidió con un feriado en Francia y la carretera estaba endemoniada de trafico, pero la pasamos súper bien.

CAEN

Patrimonio mundial: tiene mil años de arquitectura excepcional, situada en la región de Calvados, en la Normandía, donde quedarán maravillados por esos monumentos que, a pesar de los terribles bombardeos a que fueron sometidos en el año 1944, conservan su magnificencia.  No dejar de visitar la Abbaye aux Hommes (La Abadía de los Hombres), el Castillo o Château de Caen, así como la Abbaye aux Dames, la Iglesia Abbatiale y la de San Pedro.


Abbaye aux Hommes de Caen

Nos alojamos en el Hotel Adagio, que es muy confortable. Es un hotel con estudios en vez de habitaciones, lo que lo hace ideal para viajar. Además, con muy buen precio: 110 euros por noche.

Para terminar el día nos fuimos a la playa, exactamente a COURSEULLES-SUR-MER,  a pasear. Encontramos un simpático lugar, el HOTEL DE PARIS ( localizado en la Place du 6 Juin - www.hoteldeparis-normandie.com ), donde degustamos un menú Terroir: traía un pastel de jamón dulce con papas de entrada, magret de pato de fondo y tarta de manzana de postre. Yo pedí el menú Gourmandise, que traía doce increíbles ostras frescas y naturales de entrada, riz de veau (o mollejas) al calvados de principal, crêpes de postre, gambas y congrio (o lotte, como le dicen localmente) para complementar lo sólido. Buen Chablis 1 cru de beber y café antes de retornar al hotel a dormir… que mañana temprano nos vamos al MONT SAINT-MICHEL a 120 kilómetros u hora y media de camino desde Caen.

MONT SAINT-MICHEL

Salimos de Caen después de un muy buen desayuno típico francés: buen pan baguette, excelente mantequilla normanda, quesos locales, jamón paisano y fresco jugo de frutas de la región… ¡Qué más se puede pedir!


Rebaño de Ovejas en el Mont Saint-Michel

Llegamos al Mont Saint-Michel y, como era fin de semana largo en Francia debido a un feriado, se tornó imposible realizar la visita (por las grandes colas de carros y gente para poder acceder) así que nos contentamos con verlo en toda su magnificencia y prometernos regresar en una cercana oportunidad.

Reprogramamos el paseo y nos dirigimos a un muy simpático puerto cerca de Omaha Beach (playa emblemática del Desembarco de Normandía que dio comienzo a la invasión americana, inglesa y canadiense durante la Segunda Guerra Mundial). Antes de pasar a relatar el almuerzo les recomiendo un pequeño lugar frente al monte, donde se encuentra un productor local - Monsieur Lefranc - que junto a su familia produce licores como calvados, sidras, licor de pera, miel, andouilles y quesos artesanales, entre otras delicias como una terrina al camembert o un paté de hígado de pato. Compramos un calvados y otros tesoros culinarios para ir mitigando el hambre en el camino a almorzar.


Tripes à la Mode de Caen

Llegamos a un simpático restaurante en el pueblo-puerto de Grandcamp-Maisy, de apellido L'ESTRAN, que no vale nada por fuera pero es un lujo por su calidad de comida. Nosotros ordenamos ostras para comenzar, costillas de cordero, tripas a la mode de Caen, ala de raya (raie) au beurre noisette (que estaba de película) y moules (choritos) a la crema (que es el plato típico en la región costera de la Normandía, así como en todo Bélgica). 72 euros los cuatro, con bebidas: un regalo.


Aile de Raie - Ala de Raya

Por la tarde nos fuimos a POINTE DU HOC, donde se encuentra el monumento al desembarco americano y se puede ver el círculo ceremonial colocado por el gobierno francés, que honra las proezas de las tropas de asalto del ejército estadounidense en el Día D. También se puede observar los cráteres producto de los bombardeos de las fuerzas aéreas y navales aliadas, los que dan testimonio de la intensidad del bombardeo. Está el búnker antiaéreo de la Luftwaffe (que se convirtió en puesto de comando, estación de asistencia médica y depósito de cadáveres de las tropas de asalto), los búnkers de municiones, las casamatas (posiciones fortificadas donde se colocaban los cañones de 155mm)… Para terminar les contaré que la toma del puente fue fundamental para el éxito del Día D y que hay un héroe de nombre Teniente Coronel James E. Rudder que comandó el segundo batallón de tropas de asalto.


Teniente Coronel James E. Rudder, Comandante del Segundo Batallón de Rangers

En toda esta zona están las playas del desembarco: Utah, Omaha, Gold, Juno, Sword (cada una con una historia que contarnos). De aquí nos fuimos a conocer el Cementerio Estadounidense, ubicado a ocho millas y que alberga a 9,387 estadounidenses fallecidos y guarda los nombres  de otros 1557 fallecidos, siendo este sitio uno de los más bellos entre los 25 similares que tienen por toda Europa conmemorando a sus bravos caídos. Les paso una web por si quieren mas información: www.abmc.gov

Esa noche, después de consultar mis guías culinarias, decidimos ir a cenar a un restaurante que se llama PAIN ET BEURRE (pan y mantequilla), de un famoso chef que se llama Ivan Vautier. Este simpático lugar se encuentra en el 46 de la Rue Guillaume le Conquèrant, 14000 Caen. Te sirven una fórmula de menú con opciones. En mi caso yo opté por el Menú del Chef: foie gras poêlé, crumble salé, marmalade rhubarbe-betterave, seguido de un grenadin de veau también poêlé con una compresión de papas, alcachofas bebés y jugo de morillas (que es la reina de los hongos en el mundo, a mi parecer). Para terminar, un postre de chocolate con una mousse de palta y helado de marfil (muy novedoso para mi gusto).


Presentación del Pain et Beurre

Las chicas cenaron langostinos en una jalea de crustáceos y una tarta de queso de Ambert con confitura de cebolla, jamón serrano y huevo poché como entradas. De principales: costillas de cordero perfumadas al romero con piñones guiándonos y pimientos de Espellette (que es un pueblo pegado a Bordeaux), y una dorada con espárragos y parmesano en un aceite de chorizo (plato muy original). De postre: milhojas y una crema de peras. La cuenta: 180 euros, los cuatro con una botella de vino.


Queso Fourme d'Ambert

Al día siguiente nos fuimos temprano a conocer el pueblo de CAMEMBERT situado en el valle del Orne, donde puedes recorrer el Museo del Camembert o visitar las numerosas fábricas donde se produce este famoso queso. Les paso una dirección: Le Bourg - 61120 Camembert, www.maisonducamembert.com , donde pueden hacer el tour completo. Les enseñarán la historia, el terroir, su famosa leche, las diferentes etapas de su fabricación, el affinage, la granja de Marie Harel y los quesos parientes del camembert (como el neuchâtel, el pont l’évêque  y el livarot, entre otros) que podrán degustar acompañados de una buena sidra y por supuesto comprarlos. Escoger los de leche cruda que son los mejores y fijarse que tengan el sello AOP que es el que garantiza su origen en la región.


Una Postalita de Camembert

Nos fuimos a almorzar a HONFLEUR, distante más o menos unos noventa kilómetros que se recorren muy rápido si uno toma la Autoruta 13 que lleva directo. En menos de una hora nos encontramos con uno de los más pintorescos y hermosos pequeños puertos de Francia, en el que almuerzas o cenas en unos restaurantitos o bistrots admirando la hermosa marina desde muchos ángulos. Nosotros optamos por sentarnos en uno que se llama O BOUT DU QUAI (al fondo del muelle), 20-22 Quai Sainte Catherine, 14600 Honfleur-Vieux Bassin, para regalarnos buenas ostras, caracoles al ajo y mantequilla, una superlativa bouillabaisse, otra aleta de raya en mantequilla, conchas enormes (llamadas por estos lares Coquilles Saint-Jacques) al estilo provenzal y, como no podían faltar, los famosos choros franceses o moules marinière (que para mí son los mejores: ya vienen cocidos en vino blanco, cebollas y perejil. Si prefieres otra opción, te los ofrecen de mil maneras: al curry, a la crema, al azafrán, con champiñones, etc. Precio por este magnífico repas: 113 euros por los cuatro.


Coquille Saint-Jacques

No dejen de quedarse, si pueden, al menos una noche en esta ciudad de arquitectura renacentista todavía en un estado de conservación espectacular. Bien vale la pena, no sólo por su comida sino por sus pintorescas callecitas llenas de historia y savoir-faire. Además está frente a LE HAVRE, donde pueden apreciar el puente de cables al que soportan dos columnas más grandes que la Torre Eiffel y darse una vuelta por DEAUVILLE, balneario donde se codean los más millonarios (como los Rothschild, jeques árabes, artistas de cine; en medio de palacios espectaculares. También es famoso por sus festivales de cine y por sus regatas). Si van para allá alójense en el Hôtel du Golf Barrière, un súper hotel seis estrellas.

ROUEN

Ciudad situada a 240 kilómetros de París, al borde del Sena, mantiene un status cultural y comercial que se remonta hasta la Edad Media. Fue ocupada por los ingleses en la Guerra de los Cien Años, y es donde Juana de Arco fue quemada, además de ser una de las ciudades más castigadas durante la Segunda Guerra Mundial.


Hôtel de Bourgtheroulde en Rouen


Detalle del Hôtel de Bourgtheroulde en Rouen

Nosotros nos alojamos en el casco viejo, en el HÔTEL DE BOURGTHEROULDE, 15 Place de la Pucelle, 76000 Rouen ( www.hotelsparouen.com ) que para nosotros es donde uno mejor se puede quedar por su ubicación y comodidad. Es un cinco estrellas precio promedio para este tipo de establecimientos. Como hicimos el check-in como a las seis de la tarde (lo que dio muy poco tiempo para conocer los principales monumentos, etc., tema que dejamos para el día siguiente), nos fuimos a la caza de un buen restaurante, siempre de la mano de mis dos guías: la Michelin y la de Bonnes Tables de Petit Futé (que te da los mejores reportes calidad-precio). Esa noche recalamos en  LE P’TIT ZINC, que es una mezcla de restaurante y bistrot en el 20 de La Place du Marché, 76000 Rouen: nos sirvió sopa de cebolla, cassolette d'escargots (caracoles de tierra), ravioles de trufas, un mix de ris de veau (mollejas) con rognon (riñones), confit de pato para Michelle y dos buenas botellas de vino de la región. Café y calvados para terminar. Precio 144 euros, cuatro personas.

Cassolette d'Escargots


Trufas

Por la mañana del día siguiente hicimos una magnifico paseo, Michelle y el que escribe, previa caminata: ejercicio de una hora o 6 .5 kilómetros por la ciudad con diez grados de temperatura. Llegamos a la Abadía Saint-Ouen junto al impresionante edificio neo-clásico de la alcaldía. Este monumento gótico data del siglo XIV y tiene en su interior un órgano de pipa considerado uno de los más bellos de Francia. De aquí nos fuimos a la Catedral de Notre-Dame, considerada como la que tiene la torre más alta de Francia. Construida en 1876, remplazó a una más antigua que data del 1200. Dentro pueden ver la tumba del Rey Ricardo Corazón de León. Hay otra iglesia interesante en la plaza del viejo mercado que es la que se erigió en homenaje a Juana de Arco; es de corte moderno. No se pueden perder el Gros-Horloge o gran reloj, un reloj gigante fabricado en 1527,  de corte renacentista; tampoco el museo de cerámicas ni el de cera de Juana de Arco.

Tumba de Ricardo Corazón de León

Como punto final a este periplo cultural pasamos al mercado local, donde bebimos uno de los mejores, o el mejor, jugo fresco de naranja recién exprimido, con un marcado sabor a flores y miel. De comer: dos tipos de pan artesanal, dos tipos de mantequillas sencillamente de las mejores del mundo, paté de lengua, jamón cocido artesanal, queso de chancho y dos buenos quesos de cabra… ¡Qué más se puede pedir para un desayuno como el que disfrutamos, digno de reyes!

Excelente Queso Bûcher de Rouen

A las dos de la tarde nos fuimos a hacer el check-in en el barco SILVERSEA SILVER CLOUD donde se nos unen Eduardo y Jany, así como los Ositos, para partir por diez días en un crucero cinco estrellas por los mares del norte. Tocaremos diferentes ciudades europeas que les iré relatando con paciencia y buen humor.


3 comentarios:

  1. Eres el mejor!!!! Me ha encantado el articulo. Un abrazo y como te dije en Facebook, eres el mejor.

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  2. Si bien cuando la gente va a Francia suele ir a los mejores hoteles de paris, yo prefiero hacer un viaje mas diferente e ir mas hacia al norte y conocer ciudades que tienen menos popularidad, pero no por eso dejan de ser mas importantes

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  3. Me ha parecido muy útil tu artículo. Para añadir, recomiendo este artículo sobre los platos típicos de Francia: https://viajerocasual.com/comidas-tipicas-de-francia/

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