lunes, 1 de agosto de 2011

París

Cuatro Días en París
París, una de las ciudades más bellas del mundo, la más visitada y probablemente la más romántica de las que pueblan el planeta; hace honor a su fama y no defrauda a nadie que acude a visitarla, sino que más bien, a la hora de partir, el viajero siente ya la nostalgia de antemano, lamenta partir y no disponer de más tiempo (o dinero) para volver enseguida o quedarse más tiempo en esta ciudad mágica, de un encanto especial que se percibe en cada esquina,  en cada plaza, o simplemente en cada uno de sus cafés y terrazas.


Noche Parisina


A diferencia de otras grandes ciudades europeas, París no tiene un "centro" definido alrededor del cual se expande la ciudad; más bien todo París es "centro" debido a que  no ha ido absorbiendo las pequeñas ciudades que se encuentran a sus afueras, sino que estas han mantenido su independencia administrativa (pese a que el límite entre una de estas pequeñas ciudades y la gran ciudad de París es tan solo un paso de peatones). El hecho de permanecer "encerrada" desde hace tanto tiempo le da a todo París un aspecto antiguo y clásico; hace que un paseo por París sea un paseo por un lugar donde el tiempo no parece existir, donde pese al bullicio y al movimiento propio de una de las ciudades más importantes del mundo, el visitante tendrá la sensación de encontrarse en un lugar que no ha cambiado durante décadas o incluso siglos.
El sobrenombre de "Ciudad de la Luz" se debe a que Paris fue la primera ciudad en dotar a sus calles y edificios importantes de luz eléctrica, lo que causó admiración en todo el mundo. Este sobrenombre también podría deberse perfectamente a que Francia - y en concreto París - ha sido también la luz del mundo: una ciudad adelantada a su tiempo, como lo muestra por ejemplo el hecho de que aquí se fraguaron los derechos del hombre y los principios de libertad, igualdad y fraternidad, principios que aún hoy están ausentes en tantos lugares del mundo.


Carta de París


Llegamos a París como a las nueve de la noche, después de una escala en Milán donde hubo cambio de avión. Fue un poco tedioso, hubiéramos preferido un vuelo directo, pero compensó el buen clima y pudimos apreciar desde las ventanas del avión todo Milán y su campiña de postal.
Felizmente conseguimos una van para que nos llevara del Charles De Gaulle hacia el Marriott Rive Gauche en Boulevard Saint Jacques, a todos y a las gordas maletas que habían pagado su buen sobrepeso en el counter de Lufthansa (no vuelen con ellos: para 70 kilos que teníamos, solo nos perdonaron 5!!!).
Entre el check-in y demás, nos dio como las once de la noche. El cansancio asomaba en todos así que decidimos comer algo en el hotel, que caminó bien: sopas de cebolla, 
chuletas de cordero, ensalada local y buen vino dieron por terminada la jornada.

Entrada y Lobby del Hotel Paris Marriott Rive Gauche


Día Uno

Todos  nos levantamos temprano. En mi caso, fui al Spa-Gym del hotel como de costumbre para pagar los pecados del día anterior. Ya Annabelle mi hermana había llamado para juntarnos en el Harry's New York Bar que está localizado en el 5, Rue Daunou (muy cerca de la Opera): www.harrys-newyork-bar.com
Es allí donde preparan los mejores Bloody Marys de la ciudad (cosa de la que podemos dar fe notarialmente).

Siendo como la una y media de la tarde nos dirigimos al Restaurante Jules Verne, regentado por el famoso cocinero Alain Ducasse, quien tiene más estrellas Michelin que ningún otro cocinero en el mundo.


Alain Ducasse

- Nacido el 13 de septiembre 1956 en Castel-Sarrazin (Francia)

- Primer chef en obtener 6 Estrellas Michelin (lo logró en 1998).


- Tiene establecimientos propios en París, Mónaco, Tokio y Nueva York (entre otras ciudades).

- Chef de la Agencia Espacial Europea.

- Empieza su carrera el año 1972 con Michel Guérard, con quien pasa dos años básicos de su formación.


- En 1978 da un gran salto de calidad al pasar a trabajar para Alain Chapel, el que es considerado su gran maestro.

- En 1980 es chef en el restaurante L'Amandier, tutelado por Roger Vergé.

- En 1981 toma las riendas del restaurante Le Terrazze, hospedado en una cocina de hotel, con lo que obtiene (en un periodo de tres años) 2 Estrellas Michelin.



Alain Ducasse

- En 1987 da el gran salto al Hotel Louis XV de Mónaco, con el que obtiene (en tres años) las 3 Estrellas Michelin, logrando así por primera vez el máximo galardón para una cocina de hotel.
- A partir del año 1995 empieza la "carrera empresarial" de este sensacional cocinero: inaugura su propio restaurante, a la vez que mantiene las 3 Estrellas en el Hotel Louis XV.
- En el momento que logra las 3 Estrellas Michelin, pierde 1 Estrella en el Louis XV (1998), pero tras un año de esfuerzo logra acaparar las 3 Estrellas en sus dos restaurantes.

- Compagina ambos proyectos con nuevas aperturas (hasta veinte restaurantes, un centro de formación hotelero, un aula gastronómica y un website de venta de productos gourmets). Es por lo tanto uno de los empresarios más influyentes del mundo de la hostelería, ya que su "imperio" maneja más de 45 millones de euros anuales y da trabajo a más de 1200 empleados.


Restaurant Jules Verne - Tour Eiffel


Este restaurante está situado en la Torre Eiffel, tiene su propio elevador y conseguir una reserva es una hazaña que logramos de chiripa: tuve que poner mi tarjeta de crédito en garantía, ya que si no llegas a la hora puntual de tu reserva te la anulan y te cargan 85 euros por cada comensal reservado... así son las cosas en este endroit.

De beber
Solo vino (tres botellas por todo haber), más aguas sofisticadas (con gas y sin gas) y de alcurnia añeja, llamadas Badoit y Evian (que parecen de platino por el prix).
De comer
Tres menús degustación: fina crema de pois con centolla y légumes crocantes, salmón mi-cuit con papas tibias de Ratte y caviar beluga, foie gras de canard confitado al sauterne y tosta de brioche, medallón de pollo de Bresse en fricassé con espárragos verdes y  alcachofas violetas , Aigle-Bar (pescado) en mantequilla mousse, y un jarret de ternera al tuétano.
De postres 
Un fino cake de chocolate y caramelo con pistachos, un savarín al Armagnac y un sable de fresa con rhubarbe  pusieron el punto final.

Postre en el Jules Verne

De entradas adicionales 
Un buen foie gras de canard, escargots de Helixbern (de donde provienen los mejores), una ensalada de homard chaud-froid, y un salmón salvaje de Escocia.

De principales adicionales 
Vino un lenguado (sole) Chateau Chalon y un turbot a la riche (que pedí yo, desgraciadamente vino salado y con pena lo devolví). Precio por siete personas: 973 euros, más propina, incluye cafés, etc.

La verdad vine con mucha ilusión a este restaurante no solo por la cocina sino también por dónde está situado - en el medio de la Torre a 150 metros de altura -  pero les comento que  no vale la pena; se ha convertido, desde mi última visita hace diez años, en un comedero turístico: todos los platos son en serie, algunos mediocres;  el local es lo más impersonal posible; me sentí desilusionado para tener los pergaminos que tiene. He dicho y no volveré nunca más.


Pizzeria Il Napoletano

Nos fuimos al hotel a descansar algunos, ya que Annabelle y sus amigos franceses nos habían invitado a cenar a un restaurante de nombre Napoletano en el 18 de la Av. Roosevelt, en el triangulo dorado de París (paralela a Champs Élysées), donde se come la mejor pizza de París y así doy fe. Las hay de muchos sabores; recomiendo la de trufas. También se pidió un risotto al curry y algunas pastas que cumplieron su objetivo. De acompañamiento, vino de Lambrusco, que es tinto y petillant y que inició una buena amistad con nuevos amigos.


Día Dos

El origen del Palacio de Versalles y los famosos Jardines de Versalles se remonta al pabellón de caza que hizo construir a partir de 1630 Luis XIII, con un jardí­n anexo, aunque la creación del Versalles que todos conocemos corresponde en realidad a Luis XIV. Ni demasiado cerca de París (siempre listo para sublevarse), ni demasiado lejos, el sitio ofrecí­a condiciones para grandes construcciones. Permitía al rey absolutista establecer a toda su corte en torno suyo, lo que no podí­a hacer en las otras residencias reales. El Palacio de Versalles, (Palais de Versailles), fue residencia real durante muchos siglos y está ubicado en el municipio de Versailles, en Île-de-France. 


Palacio de Versalles


Luis XIV decidió construir Versalles como una pequeña ciudad alejada de los problemas. Llegaron a vivir en Palacio 20.000 personas. Esta cifra nos muestra la grandiosidad del Palacio de Versalles. Los Jardines de Versalles fueron realizados por Jules Hardouin Mansart. El Jardí­n de Versalles es clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obliga a la circulación. Crea una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalza la monarquí­a. Destaca la progresiva civilización del jardí­n: muy ordenado, podado y cuidado en la zona próxima al Palacio, y después se va asilvestrando.

Una Sección de Versalles

Cómo llegar: Aunque hay muchos viajes organizados, recomendamos llegar en metro desde París. Es bastante sencillo, mucho más barato, y nos deja la flexibilidad de visitar el Palacio de Versalles y sus jardines a nuestro aire. La mayoría de los tours organizados dejan un tiempo muy limitado que puede estropear nuestra visita. 


Jardines de Versalles


Cuándo ir: Nuestro consejo es visitar el Palacio de Versalles en primavera o verano, cuando los jardines están en su máximo esplendor, porque en otras estaciones desluce bastante. Parí­s es impresionante, no en vano es la ciudad con más turismo del mundo, y si es la primera vez que vamos, y es invierno, tal vez nos convenga dejar la visita a Versalles para otra ocasión.

Cada uno esa mañana se organizó para pasear. Algunos se fueron a Versalles, otros a pasear por París como en mi caso: me tomé el Metro hasta la Ópera donde queda el famoso Café de la Paix y de ahí caminé por la Place Vendôme, el Louvre, las Tullerías y todo Champs Élysées, donde había quedado en almorzar con Manuel de Vasconcelos, compañero mío en Suiza y GM del Hotel Príncipe de Gales (actualmente en un proceso de remodelación de 100 millones de euros con reapertura para el 2012 por si se animan).


Café de la Paix - Anthoine Blanchard

La cita era en Fouquet's, restaurante  legendario (ahora hotel también) localizado en el 99 de la Av. Champs Élysées, donde dimos cuenta a medias de un muy buen salmón ahumado que vino acompañado de crème fraîche, una papa entera pelada y aromatizada con mantequilla y dos tipos de pan. Ambos optamos por el plato del día, que en esta ocasión fue conejo deshuesado con verduras de estación (lapin aux petites légumes) que estuvo muy bueno; de postre, ensalada de frutas y milhojas de crema y vainilla; de tomar, Campari para mí y, mientras lo esperaba, dos copas de champagne que nos invitó el Director General del establecimiento (quien nos acompañó durante parte del almuerzo, pues es amigo de Manuel), una  copa de vino blanco y dos cafés. 100 euros por persona, incluída la propina. No es barato, pero en nuestro caso estábamos sentados en la mesa preferida de Maurice Chevallier y rodeados de gente muy interesante, además del espléndido local.


Fouquet's

Como terminé temprano me fui al  Museo del Louvre donde me había provocado ver de nuevo varias cosas, como la sección egipcia (que ni en Egipto tienen lo que hay acá) que tiene piezas muy finas, la Venus de Milo, la colección de esculturas griegas, la Mona Lisa, toda la pintura de arte italiano y las joyas de la corona francesa, cosas que no puedes ver en un solo día.



Una Postalita del Louvre

Como a las 5 me llamó Annabelle y nos fuimos a tomar una copa al Hotel Costes que queda en el 239, Rue Saint Honoré, famosa calle del centro de París, donde tienes lo más graneado de las tiendas exclusivas de la ciudad.

Este hotel es un hotel-boutique muy bien situado, decorado y todo el buen 'ado' que le puedas añadir. Nos tomamos una copa y degustamos un cheese cake de primera con helado de crema encima... qué tal pecado al paladar!!!

Esa noche nos fuimos a cenar todos al Leon de Bruxellesno se lo pueden perder, se trata de una cadena muy grande de restaurantes en Europa que solo vende choros y papas fritas (salvo dos o tres platos más). Tiene como 50 preparaciones diferentes: pueden venir al vapor, mariniere, al curry, al roquefort, a lo que se te pueda imaginar. Te entregan 800 gramos cocidos con su cascara en un pote y todas las papas fritas que te quieras comer. Una muy buena carta variada de cervezas acompaña este tremendo plato lleno de jugo y sabor.


Choros con Papas Fritas en París

En nuestro caso fuimos al que queda en el 63 de la Av. des Champs Elysees (su web, que deben de entrar a ver es www.leon-de-bruxelles.fr ). Para terminar este cuento, el año pasado recibieron 6 millones de clientes; vendieron 8 toneladas de choros por día en 70 locales y facturaron 50 millones de euros.

Para terminar la noche, caminata por la zona, un rico helado, más compra de delicatessen en la Maison de la Truffe en el 14 de la Rue Marbeuf, y una visita al hotel George V Four Seasons que vale la pena, al igual que el Plaza Athene o el Ritz.


Día Tres

Lo mismo del día anterior: cada uno dispuso de la mañana a su antojo. En el caso de Flor, Manolo y yo, nos fuimos a Les Invalides a visitar el Museo de Armas de Francia, la tumba de Napoleón y de los héroes de las guerras francesas y una interesante exposición de armaduras de reyes y príncipes europeos que estaba disponible en estos días (mucha suerte tuvimos), y de ahí en el Metro que habíamos estado utilizando nos dirigimos al Barrio Latino, precisamente al Sagrado Corazón, que visitamos incluyendo sus alrededores.

Tumba de Napoleón Bonaparte


A las dos de la tarde nos habíamos citado todos en un típico bistró de apellido Chez Fernand, en el 13 de la Rue Guisarde en el barrio de Saint Germain des Pres .

De piqueo 
Estaban buenísimas las  tres porciones de tuétanos que rebosaban dentro de sus huesos acompañados de crujiente pan campesino y dos porciones de huevos en cocotte con crêpes. Le pusimos 21 de nota.

De principales
Escalopas de foie caramelizado con cebollas, un tartare de boeuf (carne), un hígado frito con una papa amasada con zanahoria y mostaza casera, riñones de ternera a la crema con pastel de papas, un magret de pato y un boeuf bourgignon terminaron por completar los fondos.


De postre 
Crème caramel, baba aux rum y una torta casera.

De beber
Vino blanco, Campari, gaseosas, té, café.


Precio
280 euros por siete personas.

Todos salimos muy contentos de este bistró por su buena comida casera y típica francesa. El local, como son los de su clase: acogedor, simple, muy bien atendidos... qué más para este almuerzo imborrable al paladar.


Les Champs Élysées


Por la noche nos había invitado Didier, amigo de Annabelle, a un coctel en el penthouse de su oficina en la Av. Roosevelt (siempre en los mejores barrios nosotros!). Todos llegamos puntuales a las 7:30pm para degustar buenos champanes  y vinos de Bordeaux que habían comprado para la  ocasión los anfitriones; dos buenas tortillas de papas que había preparado mi hermana, más un muy buen jamón de bellota de Jaén; diversos quesos locales y otras cosas muy divertidas completaron este coctel. Hay que resaltar que la vista que tiene este sitio es espectacular: domina gran parte de París.  Sumemos a esto el excelente clima que nos tocó pasar.

Después de este buen ágape optamos por pasear por Champs Élyssées para unas compras gourmet para el viaje. Luego nos fuimos a descansar.

Día Cuatro

Previa pasada por el Gym y el desayuno final con todo lo que sobraba en los mini-bar de los cuartos, la gente se dividió: unos se fueron a Louis Vuitton y a YSL. En mi caso, como en el de mis amigos los Parodi que ya habíamos comprado, nos paseamos por el Boulevard Saint Jaques donde había una feria de productos alimentarios entre otras cosas. La verdad que la pasamos muy bien, muy pintoresco el lugar y sobre todo muy típico también. Compramos rilletes, quesos, quiches, foie, entre otras delicatessen que van llenando las alforjas.
A las dos de la tarde y media nos fuimos a Orly para tomar el vuelo a Madrid en nuestro caso y el de los Caprile. Los Parodi se van a Lima.


Aeropuerto Charles de Gaulle - París

Copita de champagne en el VIP de Iberia, problemas en el control del aeropuerto - ya que a Flor le quitaron todos los quesos - y buena compañía en el avión, pusieron final a esta etapa del viaje.

Flor y Manolo nos abandonan, los vamos a extrañar mucho!!! Los veremos en Lima la próxima semana.

Nos vamos a la Isla de la Toja en Galicia!!! Desde allá les escribiré la penúltima crónica de este viaje.

A comer, beber, bailar y gozar, que el mundo se va acabar.

Gastrónomo Viajero.

1 comentario:

  1. Paris es mi ciudad favorita del mundo. Me encantaría poder volver y estar en los mejores hoteles de paris nuevamente. Es un lujo descansar y recorrer esa ciudad

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