lunes, 26 de enero de 2015

Summer Breeze in LA


Los Ángeles

Salimos de Lima en LAN con muchas dudas, ya que hemos tenido problemas en algunos de sus vuelos anteriores y esta vez no fue la excepción a la regla. Nuevamente los asientos de su clase ejecutiva dejan mucho que desear: son anticuados, incómodos y no trabajan al 100% (ya que no se reclinan horizontalmente). Creo que ya es hora de que modernicen su flota, como lo ha hecho Iberia o todas las líneas internacionales que se respetan y respetan a sus clientes.

Tengo que reconocer que en esta oportunidad la comida y la atención del almuerzo que nos tocó fue bastante aceptable, mucho mejor que en anteriores oportunidades; la única nota negativa en cuanto a la comida fue el quiché que nos ofrecieron como snack antes de aterrizar, ya que carecía de sabor y alma.

Si tengo que ponerle nota a este vuelo en particular - del 1 al 10 - hoy le tocó 7, quedando por mejorar las cabinas y asientos de Business ¡a grito pela'o!

Aterrizamos como a las nueve de la noche hora local, tras una breve pausa para hacer todos los trámites de rigor. Nos esperaban dos de nuestros hijos, quienes habían llegado en un vuelo anterior un par de días atrás. Nos recibían en una moderna van de apellido Dodge que habíamos arrendado, ya que en esta metrópolis de 10 millones de almas estaréis perdidos sin movilidad (calcular unos US$ 85.00 diarios de alquiler con GPS, tanque y todos los seguros por haber, si es pocos días; si planean quedarse una semana, les saldrá la mitad del precio).

Matsuhisa by Nobu - Beverly Hills
Como esta era solo una visita de dos días, ellos (sin permiso de los jefes) ya habían empezado sin nosotros este Culinary Safari cenando un menú gourmet en MATSUHISA BY NOBU en Beverly Hills por US$ 200.00 (el menú degustación). Me transmitieron buenos comentarios al respecto (y ya los perdoné por no esperarme).

Como tendríamos que tomar un próximo vuelo a Seattle temprano por la mañana, decidimos alojarnos en un hotel lo más próximo al aeropuerto y optamos por probar un 3 étoiles de nombre Best Western Plus Suites en Century Blvd. La verdad quedamos súper sorprendidos, ya que por la tarifa que nos había conseguido la agencia Nova Tours de Lima (US$ 114.00 por habitación doble con desayuno, shuttle de ida y vuelta al LAX Airport, garaje gratis e impuestos) me daban dudas sobre en qué nos habíamos metido, pero... ¡oh sorpresa! nos encontramos con una estupenda opción de hotel con muy buenas habitaciones, amplias y muy bien puestas, excelente desayuno y un personal de los más amable. Se lo recomiendo: no tendrá los lujos de un Beverly Wilshire Hotel pero la pasarán estupendo por la décima parte. Le pongo un 10 sobre 10 para la categoría.

Nuestro Best Western Plus Suites y su Piscina
Como somos recontra inquietos y foodies, José mi hijo ya había comprado (ni bien aterrizó) la guía ZAGAT de Los Angeles 2014, así que teníamos todas las herramientas para sacarle el jugo a estos casi dos días.

Efectuado el check-in nos dirigimos a GJELINA, 1429 Abbot Kinney Blvd en Venice, www.gjelina.com, un excelente local que abre hasta tarde, una mezcla de bar con comedor y terraza al aire libre. Es famoso dentro del circuito de los restaurantes que usan productos directamente de las granjas locales: todo súper fresco; además, cuenta con un famosísimo take-out en puerta al costado.

Pork Belly - Gjelina
Empezamos por pedir una botella de vino blanco de La Loire  (Salvard) con aromas frutales, que me trajo a la memoria paseos entre castillos y paisajes eclécticos. De jantar: Pork Belly, Anson Mills Corn Grits, Greens & Apple Glaze, Wood Roasted Prawns, Garlic, Chili, Lemon & Parsley, Heirloom Tomato, Portuguese Olive Oil, Radish & Sea Salt, Grilled Pork Collar, Rosemary Salsa Verde & Lemon, Pappardelle, Lamb Sausage, Cherry Tomato, Truffle Tremor Goat Cheese & Herbs, Pizza de Pomodoro - Confit Tomato, Orégano & Green Olive Oil and Burrata. Nos costó US$ 172.22 por cuatro personas, más 20% de propina y un expreso de punto final para esta experiencia que vale la pena. Es aquí donde frecuentan los locales, es de los de boca a boca. Además, sirve cena hasta la medianoche (que es poco frecuente en la ciudad para restaurantes de nivel).

Wood Roasted Prawns - Gjelina
La siguiente mañana decidimos pasear por lo típico: Rodeo Drive, Hall of Fame, el Teatro Chino y el nuevo (donde se presentan los Oscars: Kodak Teatro), la colinas de Beverly Hills, Bel Air, Sunset Boulevard, Farmer's Market en el Grove, West Hollywood, etc., para abrirnos el apetito y dirigirnos a tomar desayuno (mediodía) al templo de los sánguches de pastrami de Los Angeles, ¡al famosísimo LANGER'S DELI! en el 704 S de Alvarado St. con la 7th St., www.langersdeli.com. Este es un local fundado en el año 1930 y desde entonces ha mantenido su liderazgo indiscutible: es el rey de los sánguches.

El Mítico Rodeo Drive - Shopping
Ordenamos cuatro de ellos: el primero, el clásico de pastrami con queso suizo y ensalada de col; el segundo, de pastrami con hígado picado y aliño ruso; el tercero, de pastrami con tomates y queso crema y, el cuarto, de roast beef con ensalada, para variar. Entre ellos, panqueques de papa y blintsz de queso con manzana, queso batido y mermelada de fresas. Déjenme contarles que no hubo forma de poder comernos los sánguches por más que intercambiamos para probar todos. ¡Terminamos con medio sánguche para llevar cada uno! Son unos monstruos de enormes y el pan es espectacular, así como los pepinos encurtidos que acompañan estas bestias gigantescas rellenas del más suave y sabroso pastrami que jamás hayan comido. No pueden dejar de venir a este típico y pintoresco local donde el tiempo no ha pasado para nada; se sentirán en los años 30, un recuerdo en un barrio venido a menos lleno de gente latina: me recordó mucho a mi país. US$ 90.00 incluyendo cerveza local (Budweiser).
Un Sanguchito de Langer's Deli
Cómo seremos que a los diez minutos de salir, casi muriéndonos del tremendo empacho, ¡ya estábamos planeando a dónde ir a almorzar! Y gracias nuevamente a nuestra Guía ZAGAT decidimos darnos un baño de mar en las playas de Manhattan Beach (25 minutos en carro desde el aeropuerto) y probar suerte por esos lares.

El Elegido se llama FISHING WITH DYNAMITE (Pescando con Dinamita), 1148 Manhattan Ave. Suite 1, www.eatfwd.com, y pertenece al icónico y famoso chef David Lefèvre, quien tiene al costado el M.B. POST, la versión más elegante. Habíamos optado por visitar el más casual porque además no cierra por la tarde, lo cual es una ventaja. El local es pequeño pero muy bien puesto: tiene una barra de mariscos crudos y la carta mezcla platos clásicos con modernos (eso me gusta). De aperitivos pedimos un November Rain, que es tipo Martini (novedoso); un clásico Gin Tonic (Old Grove) y un Vodka Tonic clásico pero seguro y rico. De comer, una muy buena Clam Chowder con papitas nativas, un sánguche Softshell Crab Po' Boy (que lleva un cangrejo entero frito muy crocante dentro de un panini con muchos aromas cajun) y otro de pan con forma de panini pero de suave textura y que traía una  hamburguesa de cerdo con langostinos con fuertes sabores y aromas tailandeses, curries, hojas kéfir y jengibre (cuidado a los que no les gusta lo picante, ya que este manjar tiene lo suyo). US$ 90.00 por cuatro personas con propina.

La Poderosa Elegancia de un November Rain
Después de algunas compras y encargos, ¡ya estábamos planeando la salida a cenar! Y para esta última noche habíamos reservado en el mejor restaurante de carnes de la ciudad, que se llama CUT. El dueño es el chef de las estrellas, el famoso WOLGANG PUCK. Está  ubicado dentro del hotel BEVERLY WILSHIRE en 9500 Wilshire Blvd. (Rodeo Drive), www.wolfgangpuck.com. Este es un lugar de clase mundial diseñado por  Richard Meier (arquitecto del Museo Paul Getty) en el que las celebridades están todas a tu alrededor. Disfrutarás de una cocina contemporánea, con las mejores carnes de alrededor del planeta. Imprescindible reservar, si no será imposible lograr una mesa.
Nosotros nos sazonamos antes de salir con un buenos vodkas en el hotel y, una vez instalados en una mesa redonda y súper cómoda, ordenamos para beber vino Cabernet Montelena. Yo, fiel a mi estilo, me dediqué a rendirle culto al gin. Nos trajeron unos abrebocas, unos mini brioche ligeramente aromatizados con queso y picante, que hicieron justo el efecto para el cual fueron concebidos: abrir o despertar en ti tu instinto asesino por comer carne… y allí fue donde nos dirigimos, directo a la yugular de la mejor:
Para darse una idea de lo que es el Cut.
José Alfredo ordenó un TASTING DE NEW YORK SIRLOIN (US$ 135.00), que trae American Wagyu de Snake River Farm (4 onzas), USDA Prime Dry Age 35 Days (4 onzas) y Japanese 100% Wagyu Beef de la Prefectura de Miyazaki Japón (2 onzas).
Las Michelle compartieron una langosta entera de Stonington Maine con un sabayón de trufas (2 libras por US$ 70.00).
Este pechito, TRUE JAPANESE 100% WAGYU BEEF FROM MIYAZAKI PREFECTURE, KYUSHU, para un Rib Eye de 8 onzas por US$ 155.00.
De guarniciones pedimos una court bouillon con dumpling de tuétano, una suave polenta con parmesano y Mac and Cheese para recordarnos dónde estábamos.

El Tasting de New York Sirloin con sus Salsas
De postre: Cut Chocolate Bar; Wong Farm Mango; Praliné Gianduja Crunch Guaba Passion Fruit Sorbet y un Banana Cream Pie con vainilla de Tahití, crème brûlée, salsa de caramelo y un café expreso extraordinario (que me recordó los magníficos blends que tenemos en nuestro querido Perú). Total cuenta: US$ 750.00 más US$ 14.00 de valet parking si tienes el ticket sellado (si no, who knows). Este restaurante de lujo lo recomiendo 10 sobre 10 y mi favorito, de todo lo que cené o compartí, ¡fue la carne! De ella tengo dos recuerdos de igual experiencia sideral: el Burj el Arab en Dubai y, en Londres, el Mayfair Four Season Hotel. Allí comerán igual, así que preparen la TC porque esta experiencia vale la pena sin ninguna duda... ¡Háganme caso!

Baby Banana Cream Pie con Vainilla de Tahiti, ¡catalogado como uno de los postres más caros del mundo!
Esa noche no pude ni dormir después de esta pantagruélica experiencia. Costó harto pegar pestaña, no por la materia prima ingerida sino por no querer dejar en la memoria esta magnífica cena en compañía de parte de la gente que amo. Solo me quedó la esperanza de que - al regresar después de Alaska, donde me dirijo - volveré por estos lares para, a lo mejor, hacer un bis obligado.
Informaremos...

¡Buen Apetito!

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