miércoles, 20 de junio de 2012

Escandinavia



COPENHAGUE, DINAMARCA

Copenhague es una ciudad modélica, tranquila y ordenada, donde las bicicletas son las reinas de las calles y sus habitantes viven en un entorno tranquilo y seguro. Copenhague es, además, una bella ciudad en la cual perderse y disfrutar de un paseo por sus calles o sus parques. Finalmente, Copenhague es también la ciudad con mejor vida nocturna de toda Escandinavia, lo que hace de la capital de Dinamarca un destino fantástico para quien también esté buscando diversión.

La mejor manera de disfrutar Copenhague es caminando o en bicicleta: atravesar la Plaza del Ayuntamiento para caminar por la calle peatonal y comercial Strøget y llegar hasta la monumental Plaza de Kongens Nytorv, que sirve como acceso al pequeño muelle de Nyhavn con sus fachadas de colores y sus cafés a la orilla del canal, que se han convertido en la imagen por excelencia de la ciudad de Copenhague.


Parking de Bicis en Copenhague, la Capital de la Bicicleta


Luego, un paseo por palacios como Amalienborg, la clásica visita a la Sirenita que recibe a quienes llegan a Copenhague por barco, o a las praderas de parques como los de Rosenborg o Frederiksberg, antes de completar el día visitando la caótica propuesta alternativa de Christiania o paseando por los lagos.

Los alrededores de Copenhague, además, nos deparan fantásticas vistas y atracciones. Castillos como Hillerod o Helsingor (el castillo del príncipe de Hamlet), parques como el de Klampenborg, restos vikingos como los de Roskilde e incluso alguna playa para disfrutar del sol veraniego de Copenhague harán las delicias del viajero.

Pero Copenhague va más allá de lo que es una ciudad. La apertura del puente entre Dinamarca y Suecia la ha convertido en la capital de la región del Øresund, un territorio dinámico que comprende la zona sur de Suecia y ciudades como Malmö, Lund o Helsingborg (referencias inexcusables para quien visite la zona).

La Sirenita de Copenhague


Llegamos por vía marítima a las ocho de la mañana del día 30 de mayo de 2012 en el barco de crucero Silversea Silver Cloud y tomamos un taxi hacia el hotel reservado que, en esta oportunidad, es el Copenhague Plaza ubicado en el 4 de Bernstorffsgarde, a un costado de la plaza que alberga la estación principal de trenes de la ciudad y al lado del famoso parque de diversiones Tivoli. Esto es en el centro de la ciudad, lo que lo hace ideal para esta corta visita de dos días. Este hotel reúne todas las condiciones para este tipo de estadías: muy bien ubicado, todas las comodidades de un cuatro estrellas, Internet free, 160 euros - desayuno incluido - por noche (lo cual lo hace un best bargain para la ciudad en la que estamos).

Como la habitación del hotel no estaba disponible hasta las dos de la tarde, nos subimos a un bus turístico: los famosos Hop On - Hop Off, que significa que subes donde quieras y bajas donde quieras en un periodo de tiempo que generalmente es de 24 horas. Lo puedes combinar con paseos marítimos si la ciudad a visitar los tiene.


El Tivoli


El nuestro comenzó por la estación del tren donde nos encontrábamos al costado del Tivoli. Nos llevó por el Castillo Rosenborg, la Galería Nacional y los Jardines Botánicos. Luego, al terminal portuario (que para nosotros no hizo sentido pues de ahí habíamos salido pero ¡qué se le hace!). Siguió con la visita a la famosa estatua de La Sirenita en homenaje al escritor Hans Christian Andersen, donde hizo un stop para las fotos de rigor. Partió nuevamente para pasear por el museo de la resistencia, el fuerte Kastellet y la fuente de Gefion, dió la vuelta por el Palacio Royal (donde te tienes que bajar porque es la parte más interesante para después volverte a subir y pasear por los canales). Precio: 28 euros por  persona sin el bote, que son como 10 euros más.

Como a la una de la tarde (finalizado el tour) nos fuimos a almorzar a un restaurante típico danés que nos había recomendado el conserje del hotel, a dos cuadras del mismo. Su nombre: Frk. Barners Kælder, localizado en la calle Helgolandsgade 8 A ( www.frkbarners.dk ) donde se puede disfrutar la auténtica cocina de este hermoso país.


Fachada del Frk. Barners Kaelder


Aperitivos: cerveza Calsberg (que es originaria de acá) y Aquavit (que es hecho de papa y aromatizado en algunos casos con hierbas).

Entradas: una fuente para dos personas que trae tres tipos de arenques: uno marinado tipo encurtido, el otro en una crema dulce de curry y el tercero apanado. Todo lo acompañan de grasa de cerdo, salsa de remolacha y una recatafila de encurtidos como los pepinos, betarragas, alcaparras, rabanitos, etc. También pedimos un pescado que se llama plaice, en un plato al que llaman Shooting Star y que consiste en dos filetes de este pescado - uno al vapor el otro apanado - sobre un pan campesino local. Viene acompañado de caviar y camarones pequeños junto con una salsa fría y limón. Para terminar las entradas incluimos otro filete de pescado tipo meunière que estaba de lujo por su textura y frescura, además de la simpleza de su preparación (lo que ratifica mi teoría de que lo simple es lo más sabroso).

Principales: warm liver pâté (pâté tibio) con tocino frito y hongos. Te lo acompañan de pan negro, pan blanco y de mantequilla danesa para ir untando y disfrutando. No dejen de pedirlo; es muy bueno. A nosotros nos vino en una fuente con unos filetes de lomo de cerdo, ensalada de pollo, encurtidos y queso brie danés, más una orden de albóndigas que incluí para reforzar.

Postres: compartimos la famosa tarta de manzana local que resultó aceptable y sobre todo copiosa.

Precio por cuatro personas: 1,100 coronas danesas.


Plaices en el Mercado




Carta de Almuerzo


Por la tarde cada uno hizo su plan. Algunos estaban muy cansados (recuerden que vamos caminando 16 días de viaje) y tomaron una buena siesta. Otros (como yo, más inquietos)  hicimos un pequeño break y nos fuimos como a las seis de la tarde a recorrer el famoso parque de diversiones Tivoli, donde nos entretuvimos con la gran cantidad de cosas por hacer y de opciones donde picar o cenar. Tiene 47 restaurantes o puestos para todos los gustos y colores, 26 atracciones mecánicas, 20 tiendas de souvenirs y 10 teatros (algunos de ellos al aire libre). Lo más bonito es que todo esto está dentro de un bellísimo parque lleno de animales.

Nosotros cenamos en el mas concurrido, que se llama Grøften ( www.groeften.dk ) y que es una institución en la cocina danesa, abierto en 1874. Nos regalamos dos cremas de papa con tocino, crutones y chives, pescado frito con camarones y una milanesa de ternera con alverjitas y salsa demi-glace. Para terminar: camembert danés frito con jalea de frutas salvajes, vino blanco y vino tinto, buen café. Precio por cuatro personas: 1000 coronas, que son aproximadamente 130 euros.


El Groften, en el Tivoli


Fuegos artificiales nocturnos y a descansar, que mañana será un importante día para nosotros: iremos al Noma.

Amaneció a las cuatro. Yo cual gallo mañanero estaba ya saludando la mañana, así que di por iniciada una nueva aventura. Hoy iba a ser el día esperado por todos, ya que en Lima - con meses de anticipación - había reservado para cenar en el restaurante Noma, considerado el Número 1 del mundo por tres años consecutivos. Estamos seguros que vamos a pasar una experiencia tipo 'once in a lifetime', que quedará en los recuerdos de los Ocho Vikingos que hemos venido a estas lejanas tierras en busca del sabor perdido.

Como nos quedaba tiempo - ya que la reserva era a las ocho y media de la noche - nos volvimos a subir en el Hop On - Hop Off. Todavía era válido nuestro ticket (ojo: cuando compren, fíjense bien que el ticket es por 24 horas, no por día), así que aprovechamos para tomar dos rutas pendientes para completar la visita como típicos turistas en una cuidad que no conocen y donde el tiempo es su peor enemigo.

Por la tarde todos fuimos a pasear por la zona de tiendas más famosas de la cuidad. No he visto las compras de mis compañeros de viaje pero supongo que las maletas van a engordar antes de dejar esta pujante y moderna ciudad. Yo, a insistencia de Michelle, me compré un saco sport de lino muy elegante que, junto con el pañuelo y la gorra de cuero que le hicieron el match, me vestirán esta noche gastronómica por venir.

Las Puertas del Paraíso, la Entrada al Noma


NOMA
Strandgade 93  1401 København K, Dinamarca
3296 3297

El restaurante está situado en un antiguo almacén en el muelle, en el Christianshavn (barrio del centro de Copenhague). El edificio está situado junto a la Plaza de Comercio de Groenlandia (en danés: Grønlandske Handels Plads) que durante 200 años fue un centro para el comercio hacia y desde las Islas Feroe, Laponia,  Islandia y, en particular, Groenlandia. Pescado seco, arenques salados, aceite de ballena y pieles se encuentran entre los productos que estaban almacenados en y alrededor de la bodega antes de ser vendidos a los mercados europeos. En 2004 la bodega se convirtió en Casa del Atlántico Norte, un centro para el arte y la cultura de la región del Atlántico Norte. Noma se inauguró en el mismo tiempo por Redzepi y Meyer. El diseño interior del Noma es nórdico-escandinavo. El restaurante de los fundadores René Redzepi y Claus Meyer ha tratado de redefinir esta cocina nórdica. La cocina del Noma se puede considerar más una interpretación de la comida nórdica que comida clásica nórdica en sí (de acuerdo con Meyer en el libro de Noma - Cocina Nórdica). La cocina de Noma encarna muchos de los principios de wildculture.


Salón Interior del Noma


Premios y Reconocimientos
2012: Mejor Restaurante del Mundo, "2012 Top Revista Restaurant 50".
 2011: Mejor Restaurante del Mundo, "2011 Top Revista Restaurant 50".
2010: Mejor Restaurante del Mundo de "2010 Top Revista Restaurant 50".
2009: Tercer Mejor Restaurante del Mundo de "2009 Top Revista Restaurant 50" y "Chefs 'Choice".
Desde el año 2008: La Guía Michelin dos estrellas.
René Redzepi nombrado Chef Internacional del Año en Lo Mejor de la Gastronomía, en la Conferencia de San Sebastián, España.
2008: Los usuarios de la web internacional de TripAdvisor (con 25 millones de usuarios al mes) calificaron Noma como el mejor restaurante del mundo.
2008: Décimo Mejor Restaurante del Mundo de "2008 Top Revista Restaurant 50".
2007: Decimoquinto Mejor Restaurante del Mundo de "2007 Top Revista Restaurant 50".
Fuimos recibidos por el propio René en la puerta del restaurante, con mucha amabilidad y sencillez. Me dijo una frase delante de todos: "Yo sé quién es usted, Chef. ¡Lo estábamos esperando!"


René Redzepi en el Noma


Nos sentaron en una mesa preparada para los ocho y comenzamos a disfrutar con una botella de champaña para abrirnos el apetito.

Pasaré a relatar brevemente y al final les pondré los nombres de los platos pues haré otra crónica solamente de este restaurante.

Entradas:

Un arreglo de flores que tenía unos troncos que te comías.

Un jardín con musgo comestible.


Jardín del Noma


Un trozo de berenjena que no era berenjena y cuya piel era de sabor fructuoso.

Una fuente de choritos con choritos que no eran choritos: la costra era de arena negra con sabor a choros y al morderla explosionaba una crema provenzal que recrea los moules marinière.

Un latón que abrías y en el que te presentaban unas zanahorias muy delgadas sobre una tierra que era la salsa, lo que recrea la cosecha.


Noma: Zanahorias Deshidratadas


Lata con un canapé de hígado de pescado con una masa de galleta  crujiente que imita la piel del mismo.

Parfait de pollo, tipo una telaraña con trufas

Una caja en forma de huevo que al abrirla dejaba salir humo ahumado. Dentro había dos huevos de codorniz sobre una cama de paja. Al comerlos la yema estaba jugosa y aromatizada. Este plato recrea la puesta de huevo de la gallina.

Una maceta pequeña con su tierra comestible llena de rabanitos y otras verduritas con sus hojas y raíces que ibas cosechando y comiendo.

Una milhojas de dos capas que estaba hecha con piel de pollo rellena de micromix.

Sánguches del Noma


Buñuelo de anchoa muy suave, que imita una croqueta danesa.

Pesebre de madera con paja con galletas de sabor a pato.

Canasta de panes de cebolla y papa acompañados de grasa de cerdo con tocino y ciboulette, y otra de crema en su primera etapa antes de convertirse en mantequilla.

Aquí culminó la primera parte de la cena, con trece entradas o abrebocas espectaculares que acompañamos a todo lo largo con champaña.

Para la segunda parte algunos de nosotros optamos por la sugerencia del sommelier y nos dejamos llevar por un maridaje de vinos orgánicos durante todo el desfile de los siguientes ocho platos:

Arvejas crudas con arvejas fermentadas y arvejas aromatizas con té verde; de acompañamiento, vino blanco.

Noma: Turbot Rostizado


Plato pintado de acelga con nueces de agua, granos biodinámicos y conchas secas; de tomar, Riesling Muschelkalk Odinstal 2010.

Una piedra que representa el fondo del mar, con petits pois de sabor a ostras y una cola de langosta delgada de sabor a cangrejo gris; de tomar, vino de Francia Originel 10 de Julien Courtois, La Cour Moreau.

Espárrago blanco y verde ligeramente sellado, muy crocante, con rama de pino y salsa de clorofila; de tomar, vino de Eslovenia Burja Bela 2009.

Trucha rosada con col, verbena e hinojo; de tomar, vino efervescente Le Petit Beaufort Demi-Sec 2007.

Turbot rostizado con greens amargos, hongos y nabos bebés; de tomar, vino del Rhin Tschida Laissez-Faire 2009.

Tarta de ruibarbo con costra de leche; de tomar, vino suizo La Bulle Gamay.

De postre: pera en su árbol; de tomar, vino Riesling d'Alsace Peter Mentges Kronenberg.

Noma: Pera en su Árbol


Después de este postre nos invitaron a pasar al bar del restaurante, donde nos ofrecieron varias latas con varias locuras como hojuelas de papas con sabor a chocolate, trufas cuadradas y más, para acompañar el bajativo.

Nos dejaron descansar lo suficiente para luego venir por nosotros y hacernos un tour por todos los ambientes del corazón del restaurante: sus cocinas, laboratorio de creación de platos, etc.

Sólo quiero agregar que este restaurante nos dejó a todos realmente sorprendidos por sus sabores y creaciones. Con razón es el Número 1 en el mundo.

Precio por persona, sin vino: 200 euros; con maridaje: 350 euros por persona. Tiempo estimado para cenar: cuatro horas... y toda la noche para recordar y recrear los sabores mientras descansas alucinado en tu cuarto de hotel.

Bar del Noma


Hoy muy temprano nos dejaron los ositos. Se fueron a París por una semana, quedando los Caprile, los Parodi y nosotros para seguir la segunda parte de este viaje. Pasaremos por Oslo, Estocolmo, Praga, Viena, Bratislava, Budapest, Zagreb y Venecia (donde culminará el tour), para seguir con una tercera etapa de viaje (del que por el momento no les digo nada, así que será sorpresa, un grand finale…).

Salimos después del buen desayuno - salmón, jamón paisano, queso brie danés, fruta, cuatro tipos de huevos, panes de película y jugo de caja (una cagada) - hacia el aeropuerto de Copenhague; señores, ¡de quitarse el sombrero! Muy moderno, lleno de tiendas de todo tipo una vez que pasas seguridad. Igualito al mejor mall de donde quieras. Incluye tienda de venta de carros y botes, entre otras ofertas. A nosotros nos jaló el ojo un bistrot al paso con propuestas de jugos a base de manzana. Ordenamos un par de ellos, muy originales, acompañados de unos sánguches muy delgados y grandes de pan rectangular de grano con mozarella, tomate, palta y pollo. Tan buenos que hemos tomado muchas fotos como para llevar este concepto a Lima.


OSLO, NORUEGA
Es la capital y la ciudad más poblada de Noruega, además de ser su centro político, económico y cultural. Se encuentra en la cabecera del fiordo del mismo nombre. El fiordo, que es casi bisecado por la península de Nesodden frente a la ciudad, finaliza en el sur. En las otras direcciones se encuentra rodeada de cerros y montañas. Tiene un clima húmedo continental.


El Subterráneo de Oslo

Oslo tiene una atracción turística muy visitada, que es el salto de esquí de Holmenkollen, el cual ha sido reconstruido para el Campeonato Mundial de Esquí de 2011. Tiene una nueva torre desde donde se divisará toda la ciudad y en la que se encontrará el museo de esquí más antiguo del mundo, además de tiendas, cafetería y un simulador de esquí en el que se podrá experimentar cómo es saltar en Holmenkollen y deslizarse colina abajo desde Kvitfjell.
Oslo tiene atracciones para visitar, como el Parque de Esculturas de Vigeland, la Fortaleza de Akershus, el Museo de Historia y el Museo Folklórico de Noruega. Además el Museo Fram, el Museo Kon-Tiki, el Museo de Barcos Vikingos y el Museo Marítimo Noruego. Oslo ofrece multitud de museos y galerías de arte, no podría nombrarlas todas.


Holmenkollen

En verano se puede visitar el Parque de Atracciones TusenFryd (que se encuentra a tan sólo 20 kilómetros de Oslo) y  disfrutar con toda la familia de sus emocionantes atracciones y del divertido parque acuático. También en el verano se realizan visitas guiadas al Palacio Real, residencia del Rey Harald y de la Reina Sonia.
Oslo tiene una buena vida nocturna. Los clubes se llenan a partir de medianoche, sobre todo los fines de semana. Raro es el día en que no hay un concierto en Oslo. Es una ciudad famosa por el jazz y por los pequeños clubes de jazz en los que se puede escuchar música en vivo los siete días de la semana. Muchos clubes pequeños ofrecen conciertos de todo tipo, desde improvisaciones de blues hasta grupos de punk locales.


Speedmonster en TusenFryd

En cuanto a su gastronomía, Noruega tiene varios de los mejores chefs del mundo y algunos cocinan en restaurantes de Oslo. La ciudad ofrece las especialidades noruegas, como el salmón y el alce. Pero también se puede uno deleitar comiendo - en las marisquerías situadas cerca del puerto - productos locales como el pescado y los mariscos (especialmente el salmón, el bacalao, los arenques y las diferentes variedades de langostinos).
El viaje hacia Oslo en SAS pasó muy rápido, fue no más de una hora a lo sumo. Llegamos al Aeropuerto de Oslo (Oslo Lufthavn), que está situado en Gardermoen, 47 kilómetros al norte de la capital. Es el mayor aeropuerto de Noruega y, desde 1998, el más importante. Desde el Aeropuerto de Oslo hay vuelos directos a casi 110 destinos nacionales e internacionales, incluyendo unos 80 en régimen de charter. Existen buenas conexiones con el aeropuerto mediante el Tren del Aeropuerto (Flytoget), los trenes NSB, el Autobús del Aeropuerto (Flybussen) y el Autobús Expresso del Aeropuerto (Flybussekspressen). En la zona aeroportuaria hay 16.000 plazas de aparcamiento. Hay autobuses de ida y vuelta gratuitos entre los aparcamientos y la terminal. Nosotros tomamos un taxi-van para los seis, el cual solicitamos en la caseta a la salida del control. El viaje duró cincuenta minutos y el precio fue 1000 coronas noruegas (que viene a ser como 150 euros). Ya nos habían comentado que Oslo es la segunda ciudad mas cara del planeta, después de Tokio, y más adelante lo comprobaremos con creces.


Nuestro Grand Hotel de Oslo

El hotel elegido para esta parte del viaje es el Grand Hotel de la cadena Rica. El hotel es mejor conocido por ser la sede anual del banquete del Premio Nobel de la Paz. Está situado en una zona muy céntrica en la calle principal, la Karl Johans Gate, entre el edificio del Parlamento Noruego y el Palacio Real. Se encuentra a poca distancia de las áreas principales de Oslo - comerciales y culturales - así como de sus lugares de interés. El hotel fue inaugurado en 1874 y es uno de los hoteles más tradicionales de Noruega. Cada año el hotel alberga al ganador del Premio Nobel de la Paz en su suite Nobel. El hotel tiene varios restaurantes. Éstos incluyen el Grand Café, donde tomamos un pequeño almuerzo (una vez efectuado el check-in) compuesto de una cacerola de choritos a la crema, un salmón con papas vapor, un stroganoff de carne estilo tailandés con arroz basmati, tres copas de vino y un jugo de manzana. En resumen: tres platos para cuatro personas, más cuatro bebidas. La cuenta: 140 euros... ¡Agárrate Catalina!

Esa noche, por recomendación del personal de recepción del hotel, aceptamos una reservación para cenar en un restaurante de pescados y cocina noruega de apellido Tjuvholmen Sjømagasin, ubicado a diez minutos a pie en el distrito de Tjuvholmen, en la ciudad de Frogner. Está situada en una península que sobresale de Aker Brygge en el fiordo de Oslo. Se encuentra al este de Filipstad y al sur de Vika. Desde 2005 el área ha sido vendida a los promotores privados - que están llevando a cabo una renovación urbana - y en la actualidad tiene los mejores edificios de departamentos, así como restaurantes, bares y marinas que la hacen 
un sitio para visitar y disfrutar.

Tjuvholmen Shomagasin Exterior


Pero bueno, a lo nuestro: el restaurante; muy moderno, frente al mar, con cocina abierta futurista, peceras de langostas (homard) salvajes de Noruega, otra con los mismos bichos pero americanos (de Maine) y en construcción una tercera para albergar los famosos king crabs. Como había que esperar a unos amigos pasamos al bar, donde buenos screwdrivers y vino rosé de Anju más una canasta de snacks con diferentes propuestas de abrebocas prepararon el paladar para el menú.

Dos de nosotros optamos por un menú de seis platos propuesto al principio de la carta: mackerel grillado y ahumado, hierbas silvestres y una vinagreta de mostaza con caviar local de sabor excelente, muy suave y sabroso. Crema de king crab con choclo bebé rostizado y chorizo español (para repetirla). Filete de ballena caramelizada con miel, almendras rostizadas y rábano picante. Medallón de bacalao (llamado por estos lares pollack) con espárragos, cebollas de verano, tomates curados, crema de tinta de pulpo y una mantequilla de crustáceos que mereció de nota 30 sobre 20 por su sabor, textura, presentación... en fin, porque corresponde a un plato que uno ordena y que supera todas las expectativas.


Tjuvholmen Shomagasin Interior

El menú proponía dos postres. El primero, un Brillat-Savarin de fresas y champaña; el segundo, rhubarb de crumble de vainilla y sorbete de mascarpone.
Precio  por este menú, sin líquidos: 80 euros por persona. Pero lo interesante acá es que te permiten pedir parte del menú - es decir tres, cuatro, cinco platos, o todo el menú - y pagar de acuerdo a los platos que ordenas y comes.
Completamos el pedido de cena con  un foie gras royale con duraznos, uvas y pan brioche como entrada. Como segundo, los que no pidieron el menú se regalaron con cigalas grilladas enormes (con tenazas muy parecidas al homard; se necesitó alicate para sacarles la comida), redfish (parecido al mero) con crayfish (camarones) y mantequilla noisette. Buen vino blanco francés de Louis Jadot para acompañar la cena. Precio por seis personas: 500 euros, y les digo que nos pareció un regalo ya que la comida estuvo buenísima. Todos los platos sin excepción de primera; el local, la vista, la cocina de corte moderno con mucha creatividad, la atención de lujo. Un restaurante para no dejar de venir si están por esta ciudad.
Al día siguiente, uno de los mejores buffets de desayuno que he probado en mis más de cincuenta años de vida. Sencillamente fuera de este mundo. Desde la calidad de los jugos frescos hasta su propuestas de fiambres; sus pescados cocidos, crudos, ahumados o marinados; los pâtés, caviares, frutas frescas, quesos locales e importados; su inmensa opción de huevos en todas formas y lo sabroso de sus variados panes horneados en la pastelería del hotel, además del café express hecho con granos de la isla de Java y no recuerdo qué cosas más, pero de todo lo que te puedas imaginar... ¡Que gula!


Pastelería del Grand Hotel

Doggy-bag obligado (que encaletamos del desayuno) con buenos sánguches de salmón y queso crema, gravlax de salmón y ensalada de king crab, de pastrami con queso brie, de jamón natural con ensalada y mostaza de granos ligeramente dulce y los de caviar, que nos acompañaron en el tour que tomamos en la puerta del hotel al estilo de las dos anteriores ciudades (Hop On - Hop Off, a 150 coronas noruegas la mitra por 24 horas). Este bus tenía un extenso circuito con casi 17 paradas para conocer diferentes atractivos de la ciudad. Como nosotros estábamos alojados en la mejor ubicación posible, teníamos muchos de estos sitios por visitar como para recorrerlos a pie, así que optamos por irnos a conocer (yo ya había estado en estos museos en un viaje anterior que hice por Dinamarca, Noruega y Suecia).

MUSEO KON TIKI


Kon Tiki

El Museo Kon-Tiki se encuentra en Bygdøy, a pocos minutos del centro de la ciudad de Oslo. El museo es una fundación privada que alberga barcos y objetos originales de las célebres expediciones de Thor Heyerdahl. Acá se puede ver la famosa balsa Kon-Tiki con una ballena de treinta pies de largo bajo la misma. También se puede apreciar la balsa de papiro Ra II y la colección de descubrimientos arqueológicos de la Isla de Pascua, el Este de Polinesia, Galápagos y Perú. Además, el museo tiene una sala de proyecciones donde se exhiben cortometrajes acerca de las expediciones de Heyerdahl.

Ra II


MUSEO FRAMMUSSET
Conocidas por todos son las continuas expediciones que los aventureros noruegos realizaron a los polos, arriesgando algo más que su propia integridad física. El museo Frammuseet de Oslo es un homenaje a aquellas personas que abrieron por primera vez el camino hacia rutas desconocidas hasta el momento por el hombre. La estrella del museo es, cómo no, el barco polar Fram - el navío más resistente del mundo - el mismo que ha realizado las travesías más lejanas, tanto al sur como al norte del planeta. El Fram fue echado a la mar en 1892 y fue construido por el conocido armador Colin Archer, por encargo de Fridtjof Nansen (quien deseaba una nave lo suficientemente resistente para poder soportar las extremas condiciones en un hipotético viaje al Polo Norte. Dicho y hecho, el Fram demostró sus condiciones en su primer viaje y logró superar rutas donde otros barcos se habían quedado estancados. Después de varios viajes, en 1935 el Fram fue remolcado a tierra para siempre con el objetivo de que pudiera ser contemplado por las generaciones venideras.

Fram


En el museo el barco es expuesto con su estructura original, tanto la interior como la exterior, e incluso se conservan algunos de los objetos que los navegantes portaban a las expediciones. La visita incluye la posibilidad de subirse al navío y visitar las entrañas del mismo. El Fram también se afana en explicar al detalle las diferentes expediciones llevadas a cabo por los aventureros noruegos: el viaje de Nansen a través del océano polar y su empeño en practicar esquí en el Polo Norte, la expedición de Sverdrups a Groenlandia o la aventura de Amundsen al Polo Sur, el descubrimiento del Paso del Noroeste y su intento de alcanzar el Polo Norte.


Actual Base Amundsen-Scott en el Polo Sur


MUSEO VIKINGO
El museo lo podemos encontrar en Oslo, capital de Noruega. Los barcos vikingos expuestos en el museo vikingo fueron enterrados hace más de mil años para servir de tumba a sus dueños, por eso se conservan tan bien. El museo es tan sólo un trozo del museo histórico de la Universidad de Oslo.
Los barcos más importantes que encontramos son el Gokstad (descubierto en 1880) y el barco Oseberg (descubierto en 1905).
Gokstad
Fue construido hacia el siglo IX durante el reinado de Harald el Rubio. Fue encontrado en unas tierras agrícolas que eran conocidas como Kongshaugen (Montículo del Rey, en antiguo nórdico). Es el barco más grande que encontraremos en el Museo Vikingo de Oslo: tiene 24 metros de largo y 5 metros de ancho. El barco era movido por 32 remeros y puede transportar una tripulación de más de 40 hombres. Junto al barco se encontraron otros tres barcos de tamaño inferior a este, unos restos humanos que supuestamente serían de Olaf Geirstad-Alf, una tienda y un trineo.


Gokstad

Oseberg
El barco de Oseberg fue encontrado en un buen estado de conservación. Fue hallado en un gran túmulo funerario en la granja de Oseberg en el condado de Vestfold, Noruega.


Oseberg



Noruega y los Vikingos
La historia de Noruega está asociada a los vikingos. Su habilidad para navegar en barcos conocidos como drakkars y su fama de grandes luchadores les llevaron a atacar lugares insospechados en la época, como Bagdad o Contastinopla. En el siglo IX unos barcos como los que vemos abajo remontaron el o Guadalquivir y llegaron a Sevilla; nos podemos imaginar la cara que se les quedó a los árabes. Según algunos expertos, llegaron a lo que hoy es Canadá unos quinientos años antes del descubrimiento de América.


Cordierita, la Piedra Solar de los Vikingos

El Secreto de los Vikingos para Navegar
El misterio de la facilidad que tenían los vikingos para navegar y orientarse mejor que el enemigo en el mar tiene una buena explicación. Según la leyenda, los vikingos utilizaban un tipo de cristal mágico para orientarse, incluso cuando no había sol. Según parece, el cristal no era mágico, era cordierita, muy abundante en Noruega. La cordierita permite, según su color, ubicar el sol aun estando nublado.

ICE BAR
Por la tarde - con un sol increíble - nos fuimos al Ice Bar, donde por 20 euros por persona (incluido un trago) te proporcionan botas y abrigos para disfrutar de un coctel en un vaso de hielo, rodeado de esculturas y paredes heladas. Es una experiencia inolvidable que te dejará helado pero no indiferente.
El 12 de noviembre de 2009 fue la fecha elegida por la empresa Ice Hotel para abrir Ice Bar Oslo, el tercer bar de hielo del mundo y el más grande en dimensiones.


Ice Bar

Por estas fechas el termómetro en la capital ya destila un pálido color azul y ronda los cero grados. Los lugareños y los turistas buscan el interior de los locales para tomarse un chocolate caliente, o abrigarse al calor de una lámpara térmica en una terraza para fumarse un cigarro. Sin embargo, Ice Hotel ha querido llevar el frío al interior.
Ice Bar Oslo es un local con un total de 500 metros cuadrados, de los que 100 metros cuadrados son el "área fría". Esto lo convierte en el más grande del mundo entre los de sus características, por delante de Tokio y Copenhague. Tomarse una copa en Ice Bar Oslo no diferiría mucho de hacerlo metido en una cámara frigorífica, si no fuera por las 60 toneladas de hielo que lo componen: bloques helados especialmente traídos del río Torne - al norte de Suecia - destacado por la pureza y claridad de su hielo.
El diseño es lo que caracteriza a Ice Bar Oslo. Vasos y menú de hielo, mesas y sillas transparentes, la barra congelada... Pero especialmente son las esculturas de hielo en torno al local las que le dan su calidad: obras creadas por escultores de hielo de renombre.
Vasos de Hielo en el Ice Bar

Cada año Ice Bar Oslo cambiará su diseño. Para su inauguración los encargados han sido los artistas Arne Bergh y Janne Haglöf, quienes han creado un ambiente llamado "Purity With a Twist".
Seguimos de bares por la ciudad, donde en cada plazuela o esquina había música en vivo de diferentes personas que se inscribían para cantarle al público o de bandas contratadas por la ciudad.
Esa noche fuimos a cenar como a las siete de la noche al mismo barrio del día anterior, el Tjuvholmen, donde habíamos visto en la noche un restaurante-tratoria italiano llamado Olivia que nos había llamado la atención. Al llegar nos anunciaron que no nos podían recibir ya que la lista de espera llegaba a las tres horas, lo que hacía imposible el recibirnos. Lo mismo nos pasó con otro restaurante famoso por sus pescados y mariscos, donde tampoco nos pudieron recibir.
Como somos gente tenaz para la bouffe, caminando por la marina y muy cerca del restaurante Onda encontramos otro de pescados y mariscos de nombre D/S Louise. Un precioso restaurante al costado de la marina, con varios ambientes en tres niveles: terraza informal, comedores privados muy elegantes y una cava impresionante; decoración muy marina.


D/S Louise

Nos regalamos unas ostras al natural Anna Gaillardet... de mamey. De fondos: carré de costillas de ternera con polenta; unas linguine de sepia con langostinos cristal, canetón y crema de azafrán (que estaban superlativos en todo el sentido de la palabra); una fish soup con salmón, bacalao fresco, choritos y cray fish (langostinos); canasta de panes variados y buena mantequilla. De tomar, copas de vino de la casa. 1700 coronas o 230 euros por todo.


Esculturales Camareras en el D/S Louise

A la mañana  siguiente repetimos la jornada del desayuno y nos fuimos al aeropuerto como a las nueve y media de la mañana para tomar el vuelo de SAS hacia Estocolmo, nuestra última parada de los países nórdicos.
Antes de entrar a relatar Estocolmo, Suecia - tierra de Alfred Nobel, de Greta Garbo, Björn Borg, Carl Larsson, Carl von Linné, Gunnar Asplund (el mejor arquitecto escandinavo), Raoul Wallenberg (que salvó a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial), Ingrid Bergman (actriz), Ingmar Bergman (director de cine), Astrid Lindgren, el recordado Olof Palme (asesinado al salir del teatro junto con su esposa en Estocolmo en el año 1886), la golfista Annika Sörenstam  (récord mundial) - quiero contarles que Oslo nos ha dejado realmente impresionados por sus cualidades como ciudad, por su gente, su actitud, su modernidad mezclada con mil años de historia... Nos vamos con un dulce sabor, muy contentos por lo encontrado y vivido en estos dos cortos días y con la esperanza de volver de todas maneras a este país para saborearlo y pasearlo mucho mas, y seguir por supuesto comiendo sus salmones, sus bacalaos, sus arenques, sus mariscos, sus panes y mantequillas, frutas y cervezas y su sazón: para disfrutar en armonía su sinfonía culinaria.

ESTOCOLMO, SUECIA
Estocolmo, una de las más hermosas capitales del mundo, está edificada sobre 14 islas unidas por 57 puentes. Los hermosos edificios, el verdor, el aire puro y la cercanía al agua caracterizan esta ciudad. Aquí se encuentra el primer parque nacional urbano del mundo, Ekoparken, como un pulmón verde que está siempre presente en el trajín de la gran ciudad.


Almuerzos al Aire Libre en Ekoparken

Estocolmo, con sus 750 años de historia y rica vida cultural, ofrece una amplia variedad de museos y puntos de interés turístico de categoría mundial. Se puede llegar a pie a la mayoría de las atracciones turísticas y hay muchas posibilidades de que uno logre experimentar muchas cosas en poco tiempo; sentir la vida de la gran ciudad, la historia cultural y la naturaleza, todo durante el transcurso de un mismo día.
Visitar el ayuntamiento de Estocolmo, subir a su torre (Stadshustornet) y disfrutar de las fantásticas vistas de la ciudad. Uno no se puede perder lo más antiguo de la ciudad, Gamla Stan, uno de los núcleos urbanos medievales mejor conservados del mundo. Pasear por callejuelas serpenteantes flanqueadas por tiendas llenas de artesanía, antigüedades, galerías de arte y cafés. En Gamla Stan se encuentran también el Palacio Real y la Catedral (Storkyrkan).
En la isla verde de Djurgården están algunas de las atracciones más populares de Estocolmo: el mundialmente famoso buque real de guerra Vasa (siglo XVII), el museo al aire libre más antiguo del mundo (Skansen) y el Junibacken  de Astrid Lindgren.


Molino en Djurgarden

Obligatorio ver Estocolmo desde el agua: una ciudad construida sobre catorce islas naturalmente ofrece fantásticas vistas desde el agua. Hay muchas excursiones turísticas entre las que elegir. Si no bastan sus catorce islas, Estocolmo también tiene un fantástico archipiélago con 30.000 islas, escollos e islotes.
Llegamos en un vuelo de SAS de cincuenta minutos desde Oslo para tomar una van para seis y maletas hacia el centro de la ciudad (cuarenta minutos y 120 euros). Allí teníamos reservado el hotel Sheraton de la cadena Starwoods, gracias a mi amigo Manuel de Vasconcelos quien desde su head office en París nos había conseguido muy buenas tarifas y atenciones especiales no sólo aquí sino en los próximos tres hoteles (salvo el Marriott de Viena), vale decir el Sheraton de Praga, los Westin de Budapest y Zagreb y el Danieli de Venecia.
Refrescados del trayecto, en nuestras habitaciones del piso ejecutivo del hotel contemplando una vista espectacular, nos fuimos al casco antiguo de la ciudad para pasear y hacer tiempo, ya que teníamos una reserva para almorzar-cenar en uno de los dos mejores restaurantes de esta parte: el Fem Små Hus, que pronto relataré.


Palacio Real de Estocolmo

Cruzando uno de los varios puentes nos dirigimos al Palacio Royal con 608 habitaciones. El Palacio Real de Estocolmo es el palacio más grande en el mundo que aún se encuentra bajo uso de un estado, el Rey Carl XVI Gustaf. El palacio aloja varias grandes atracciones de Estocolmo, como las habitaciones reales, el Salón del Estado, los Departamentos de las Órdenes de Caballeros, la Tesorería, el museo Tre Kronor, el Arsenal y el Museo de Antigüedades de Gustaf III. La ceremonia del cambio de guardia se realiza los días miércoles y sábados a las 12:15 y los domingos y días festivos a las 13:15.
El palacio ha sido construido sobre lo que fuera antiguamente un castillo medieval, Tre Kronor (Tres Coronas), que data de mediados del siglo XIII y que fue destrozado por el fuego en 1697. Los restos del anterior castillo pueden observarse en el museo Tre Kronor. La construcción del nuevo palacio requirió un tiempo de 57 años (de 1697 a 1754) y fue el proyecto más extenso de construcción individual en Europa durante ese periodo. Las habitaciones reales son magníficas y presentan estilos variados, de barroco a un rococó y un neoclásico estilo gustaviano (tal como el Salón Pillar), además de estilos eclécticos del siglo XIX.


Fachada del Museo Nobel

De ahí caminamos (está muy cerca) al Museo Nobel en honor a Alfred Nobel, quien en su testamento dejó escrito que, cada año, las personas que hubieran hecho grandes aportes en los campos de la Física, la Química, la Medicina, la Literatura y la Paz recibieran sendas partes del rendimiento de su fortuna. Así, desde el comienzo, el Premio Nobel se convirtió en un acontecimiento mundial. Ningún otro premio abarcaba tantas disciplinas distintas; ningún otro premio era concedido sin tener en cuenta la nacionalidad.
Al salir nos agarró una lluvia que nos obligó (felizmente) a tener que hacer dos pascanas obligadas: la primera en un simpático mini-bar al paso donde nos calentamos con un Jägermeister  (que es como un Pernod), y luego en otro que se llama Stockholms Gästabud (en el 7 de la calle Österlånggatan) donde sirven unos buenos vodkas con jugo de naranja de 4, 6, 8 o 10 cl. (depende de tu gusto y/o capacidad). 100 euros por tres vodkas triples y dos copas de vino.


Jagermeister


El restaurante Fem Små Hus ubicado en la calle 10 Nygränd ( www.femsmahus.se ) es muy popular en esta ciudad y sirve cocina sueca. Tiene dos opciones de menús y muy pocos platos a la carta, servidos en un ambiente - muy original - parecido a los túneles bajo tierra en la época de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, dentro de un marco muy elegante y bien puesto. Es un conjunto de cinco casas interconectadas (construidas en 1651) con cuartos parecidos a tabernas o cavas.
Nosotros decidimos compartir - de entrada, entre todos - dos fuentes de una opción que trae todos los entrantes: dos tipos de salmón (uno de ellos ahumado), arenques del Báltico en una vinagreta dulce y suave, caviar de Kiel (que es el mejor) súper suave y sabroso, ensalada de espárragos grillados en una crema de queso de cabra, queso de Västerbotten (parecido al parmesano) y carpaccio de reno.


Fem Sma Hus y su Estilo de Cavas o Tabernas

De principales: filete de ternera Anna Lindberg en salsa de morrillas y gratín de papas, filete de reno en salsa de oporto con roll de papa nativa, y un clásico tournedos con bearnesa; de pescados: un salmón salvaje con crema de cebollinos y ensalada de papas tibia y una langosta (homard) con salsa de estragón y espinacas. Como siempre en estos países, gran canasta de panes y buena mantequilla. De tomar: Luigi Bosca Malbec. 350 euros por seis personas.
La idea era salir a pasear, ya que terminamos temprano de cenar (9pm), pero la copiosa lluvia que volvió a arrancar obligó (no a todos) a tomar taxi de regreso al hotel, dar por terminada la velada y esperar que mejore el clima para el programado paseo de la mañana siguiente.


Filete de Ternera Anna Lindberg

Nos levantamos cada cual a su ritmo; yo a las cinco y media de la mañana (gym, sauna, etc.), otros - más relajados - pasadas las nueve, pero todos tomamos un buen desayuno-buffet incluido en la tarifa del hotel... La verdad, otra vez un señor desayuno, muy completo y sobre todo de gran calidad.
Como en todas las ciudades, nos subimos a una de las compañías de buses que te pasean por toda la ciudad. El nuestro nos llevó por 19 puntos de interés: el Palacio Royal, el Opera Royal, el Ayuntamiento, el Museo Vasa, el Kaknästornet, el Museo Nordiska, el Casino Cosmopol, el viejo casco, la Estación Central, entre otros sitios. Dura aproximadamente una hora y media si no te bajas en alguna de las paradas para combinarlo con otro tour en barco tocando algunas de las islas en las que hay atracciones de interés para visitar. Calcular 38 euros por persona.

Después del paseo caminamos hacia un punto que habíamos visto desde el bus, para almorzar al paso en una feria inglesa-francesa-australiana de comida. Nos regalamos unas hamburguesas de cocodrilo en mi  caso, de canguro para otro y de camello para el aventado. Toda esta experiencia la combinamos con pasteles de la Bretaña francesa y quesos fuertes ingleses. ¡Qué más se puede pedir para un almuerzo al paso! ¡Mejor imposible!


El Casino Cosmopol

Esa noche nos dividimos en dos grupos: el primero se fue a cenar pescado al Radisson Blu que había recomendado el conserje del Sheraton; los del segundo grupo - donde me encontraba yo - decidimos cenar en el hotel (había habido fuerte viento helado y mucho frío durante la mañana y tarde) y la pasamos estupendo en el restaurante 360 cenando risotto y bifes de carne australiana de muy buena factura.
Esa mañana temprano nos fuimos al aeropuerto (a 45 minutos del hotel y 1000 coronas suecas de coste) para embarcarnos a Praga, Republica Checa, donde teníamos la idea de que la íbamos a pasar muy bien. Pero eso será materia de otra historia que contar. Y aquí le pongo punto final a mi crónica por tres países Escandinavos: Dinamarca, Noruega y Suecia, cada uno distinto del otro, con su propia historia que contarnos. Les recomiendo hacer este viaje de todas maneras dentro de los meses de verano (de mayo a julio), en los que tendrán veinte horas de luz de día, de 15 a 20 grados de promedio de temperatura ¡y muchos lugares para vacilar!
À bientôt!!!

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