domingo, 15 de julio de 2012

Zagreb y Rijeka, Croacia

Los croatas son un pueblo de origen incierto. Existen tres teorías con respecto a dicho origen: eslavo, germánico o persa. Lo que sí es seguro es que los croatas emigraron de su lugar de origen hacia la región de la actual Galicia alrededor del siglo III. Posteriormente volvieron a emigrar y se establecieron en la actual Croacia durante el siglo VII. A partir del siglo IX, Croacia se convirtió en uno de los reinos más poderosos de la región, combatiendo con éxito a ávaros, búlgaros y magyares. En 1102, a raíz de una unión nupcial, los croatas aceptaron formar un reino conjunto con Hungría. Hacia mediados del siglo XIII, el reino húngaro fue fuertemente impactado por la expansión otomana, la cual llevó al parlamento croata (Sabor) a invitar a los Habsburgo, bajo el reinado de Fernando I, a asumir el poder sobre Croacia. El reinado Habsburgo eventualmente probó ser exitoso combatiendo a los otomanos y, hacia el siglo XVIII, gran parte de Croacia se encontraba libre del control turco, mientras que parte de Dalmacia permaneció bajo el control de Venecia.

Mapa de Croacia

En 1868, Croacia ganó autonomía nacional a la vez que permanecía bajo autoridad húngara. Luego de la Primera Guerra Mundial y la caída del Imperio Austrohúngaro, Croacia se unió al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (el cual se convirtió en Yugoslavia en 1929). Yugoslavia fue invadida durante la Segunda Guerra Mundial y Croacia fue convertida en un estado-títere fascista bautizado Estado Independiente de Croacia. Tras la derrota de las fuerzas del eje, Yugoslavia se convirtió en un estado socialista independiente y federal bajo la mano fuerte de Josip Broz Tito.

Cuando Croacia declara su independencia de Yugoslavia en 1991, los habitantes serbocroatas (que habitaban las regiones de Krajina y Eslavonia) se niegan a secundar la secesión de la República Federal Yugoslava y, apoyadas por el ejército federal yugoslavo, se independizan de Croacia como la República Serbia de Krajina. Tras cuatro años de luchas esporádicas, el gobierno croata logra desalojar a gran parte de las fuerzas serbias en Krajina (1995). La recuperación por el gobierno croata de la Eslavonia Oriental se lleva a cabo pacíficamente y de manera negociada con Belgrado en 1998 bajo la supervisión de las Naciones Unidas.

Vista Aérea del Parque Nacional Brijuni

Croacia - que se encuentra en la orilla nororiental del mar Adriático - linda con Eslovenia y Hungría al norte, con Serbia y Montenegro por el este, y con Bosnia-Herzegovina al sur y al este. Esta república dobla en tamaño a Bélgica y se encorva como un búmeran desde las llanuras de la Panonia de Eslabona, a través del centro montañoso, hasta llegar a la península de Istria y la accidentada costa adriática. El extremo septentrional de la costa croata, incluida la ciudad de Dubrovnik, está separado del resto del país por una saliente de Bosnia-Herzegovina.

Las Playas de Croacia

La principal atracción turística de Croacia la constituyen sus playas. El país está formado por 1,778 kilómetros de línea costera (5,790 kilómetros si se incluyen las islas). Sin embargo, la mayoría de su litoral consta de grandes guijarros en lugar de arena. Las islas son tan bellas como las helénicas; existen 1,185, pero sólo 66 están habitadas. Croacia cuenta con siete excelentes parques naturales: Brijuni, cerca de Pula, es el que está cultivado con más ahínco; destacan sus bien conservados bosques de encinas mediterráneas. El montañoso Parque Nacional de Risnjak alberga linces, mientras que los frondosos bosques del Parque Nacional de Paklenica están poblados de insectos, reptiles y aves, entre ellos el buitre leonado, en peligro de extinción. En el Parque Nacional de Plitvice se pueden encontrar osos, lobos y ciervos. El clima varía del mediterráneo de la costa adriática al continental del interior. Las soleadas zonas costeras ofrecen veranos cálidos y secos e inviernos suaves y lluviosos. Las montañas altas de la costa actúan de escudo impidiendo que lleguen los fríos vientos del norte; esto hace que los croatas disfruten de una primavera temprana y de un otoño tardío. En Zagreb, las temperaturas medias alcanzan los 27ºC en julio y descienden hasta los 2ºC en enero.

El Diana Bar de Nuestro Westin Zagreb

Llegamos procedentes de Budapest - en tan sólo tres horas de magnífica autopista - al Westin Zagreb, hotel en pleno centro de la ciudad y uno de los tres mejores hoteles de la ciudad. Está muy bien ubicado, cerca del casco antiguo de la ciudad. Nos atendieron en la recepción muy bien y quedamos alojados en el piso 14, reservado para los VIP de la cadena, ¡como nosotros!

Acogedora Terraza del Restaurante Kaptolska

Como era hora de almorzar nos tomamos un taxi a un restaurante llamado Kaptolska www.kaptolska-klet.hr que nos fue recomendado por el personal de la recepción del hotel con mucho acierto, pues almorzamos muy bien, excelente comida típica croata que les relataré: dos fuentes de quesos del lugar; la primera, cuatro bolas de helados de quesos crema aromatizados con clorofila de arúgala y semillas de zapallo; otra fuente de quesos fuertes, alguno de ellos picante. De platos principales: una ternera arrebozada rellena de jamón con papas soufflé, fuente de cordero a la parrilla con papas en gajos fritas en manteca (muy buenas), un risotto negro de sepia de su costa mediterránea, y yo dos filetes de pescado blanco del Adriático con acelgas. De guarniciones: pimientos con ajo, tomates y vino húngaro. Precio por cuatro personas: 110 euros. Para una excelente cocina típica Húngara, se los recomiendo si vienen por estos lares. No olvidar de pedir un plato por cada dos personas ya que son gigantes… Esta gente no come, ¡traga!

Cordero a la Parrilla en el Kaptolska

Habíamos tomado un taxi en la puerta del hotel por 200 kunas la hora, que son como 28 euros. Así que, después del almuerzo, nos llevó por dos horas más y a un coste total de 45 euros (incluido el tiempo de espera mientras almorzábamos) a pasear por todo lo que hay que pasear en la ciudad: la Catedral, El Parlamento, el Casco Antiguo y la parte nueva de la ciudad (que es pequeña, sólo viven un millón de personas de un total de cinco millones que tiene el país (es del tamaño de Piura).

Casco Antiguo de Zagreb

Esa noche habíamos acordado encontrarnos todos a las diez y media para tomar un drink en el bar del hotel y salir a cenar al restaurante Carpaccio www.ristorantecarpaccio.hr en 14, Teslina, Zagreb, que era nuestra segunda opción, ya que en el primero - que se llama GALLO www.gallo.hr - se acababa de ir el chef cansado de esperarnos. Así que ni modo, dejamos de lado la primera recomendación del Guest Relations Manager del Westin. Antes de llegar al restaurante hicimos una pascana en el Ugostiteljski Obrt Rock and Roll Bar.

Restaurante Carpaccio

De tomar, ya en el restaurante, pedimos vino Húngaro Cabernet Sauvignon de nombre Roxanich, y Chardonnay Krauthaker; el tinto, de primera. De picar: nuevamente quesos croatas y minestrone de verduras. De platos: yo pedí un carpaccio de pez espada a la naranja (muy rico), carpaccio de carne, saltimbocca alla romana, tagliatelle con ragú de cordero, linguine con pesto a la genovesa, risotto verde y ensaladas. De bajativo: un aguardiente llamado travarica, fuerte pero efectivo para la digestión. Precio por seis personas: 200 euros (con tres botellas de vino).

La noche terminó en el casino del hotel, donde recuperamos la inversión que habíamos realizado en el restaurante, así que se durmió y se soñó con los angelitos.

Fructífero Casino Cezar del Westin Zagreb

Temprano por la mañana Eduardo y su esposa partieron hacia Venecia para ganarle un día y nosotros cuatro hicimos nuevamente un paseo en taxi por la ciudad. Como al mediodía decidimos hacer check-out para irnos a dormir esa noche a Trieste - que está cerca de Venecia (160 kilómetros) - y no tener que manejar al día siguiente temprano más de 400 kilómetros de un solo tirón… Pero como no queríamos tampoco andar a la carrera, decidimos almorzar en Rijeka.

Rijeka es una localidad bañada por el Mar Adriático y emplazada en la desembocadura del río Rijeka, 129 kilómetros al sudoeste de Zagreb. Su situación estratégica fue foco de una disputa internacional durante la Primera Guerra Mundial debido a que su población es una mezcla de yugoslavos e italianos. Antes de la Primera Guerra Mundial pertenecía al Imperio Austrohúngaro. De 1920 a 1939 fue la Ciudad Libre de Fiume.

La ciudad quedó anexionada a lo que fue Yugoslavia en 1945 y creció rápidamente como principal puerto del país y centro de construcción naval. En 1991 se incorporó a Croacia, por lo que en menos de ochenta años ha pertenecido a cinco estados distintos.

Centro de Rijeka, Principal Puerto de Croacia

Su magnífica posición en la bahía Bakar, sus buenas carreteras, comunicaciones ferroviarias y el suministro pleno de energía hidroeléctrica proveniente de las montañas Gorski Kotar, han impulsado sus industrias, que son, entre otras: ingeniería, madera procesada, papel, tejidos, alimentos y la refinería de petróleo.

Rijeka es también un importante centro turístico debido a la proximidad a algunas islas adriáticas como Krk (Veglia) y hoy en día su aeropuerto constituye uno de los más importantes de entrada al país.

Nuevamente en una magnífica autopista y con vistas de bosques y montañas, llegamos a este puerto. Paseamos en el auto por los alrededores y, preguntando a los locales, llegamos al Restaurante Forum Feral www.konoba-feral.com en la calle Matije Gupca 5 b. Dejas tu auto en el parking del puerto y caminas tres cuadras pequeñas para encontrarte esta joya de restaurante que vende todos los productos marinos que recogen del Adriatico: calamares, pulpos, choros, cigalas y muchas variedades de pescados. Su sistema te permite escoger lo que desees de su vitrina; te lo pesan y te lo preparan como tu quieras. A ese sistema - que usamos para el pedido de calamares y pescado - le agregamos un chilcano de pescado, un guiso de papas con bacalao, un antipasto marino de todas sus propuestas, una pasta con choros y verduras a la parrilla… Súmenle un litro de vino blanco local, más un pastel de manzana. La cuenta para cuatro personas: ¡35 euros! Un regalo, y almorzamos muy bien.

Ambiente Interior del Forum Feral en Rijeka

Partimos hacia Trieste pasadas las cinco de la tarde, para cruzar Eslovenia antes de entrar a Italia. Si van, escojan lo que hicimos nosotros: tomar las rutas rurales que te llevan por caminos pequeños entre pueblos muy bonitos y llenos de vistas que parecen postales. Calcular unos 80 kilómetros de camino.

Aquí termina esta parte de la ruta por los países del este de Europa. En la próxima crónica relataré Venecia, Barcelona y Madrid… ¡Vamos treinta días viajando!

Arrivederci!

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