miércoles, 1 de junio de 2011

Donostia - San Sebastián



Previa escala en Biarritz, les paso una info: era conocido desde el S.XI como un pueblo pesquero de ballenas, hasta que en 1843 Víctor Hugo lo descubrió. Ha sido el centro de cita de la nobleza europea desde que en 1854 el Emperador Napoleón III y su esposa, la española Eugenia de Montijo, construyeron un palacio inmenso. También es la capital del surf, porque vio nacer este deporte en Europa en los años 50.


Sus principales atractivos turísticos son sus playas, el paseo marítimo y el casino. El balneario es el más famoso de la costa francesa.


Llegamos al País Vasco - los orígenes de nuestra familia, así como de muchas otras ya arraigadas por generaciones en el Perú - también llamado Territorio Michelin por los gastrónomos, porque tiene ocho restaurantes que poseen la más grande recompensa gastronómica mundial: las estrellas Michelin. Suman un total de 15 estrellas y dan a la ciudad el primer lugar, pues tienen el más alto porcentaje de chef-estrellas por metro cuadrado en el mundo.


Los nombres de ellos: Arzac, Aquelarre, Martín Berasategui en Lasarte-Oria (tres estrellas todos); Mugaritz en Errenteria (dos estrellas); Miramon Arbelaitz, Kokotxa, Zuberoa y Alameda completan la lista con una estrella cada uno.


San Sebastián (en euskera Donostia, y oficialmente Donostia-San Sebastián) es una ciudad y un municipio situado en el norte de España, en la costa del Golfo de Vizcaya y a 20 kilómetros de la frontera con Francia. La ciudad es la capital de la provincia de Guipúzcoa, en la comunidad autónoma del País Vasco. 


Sus principales actividades económicas son el comercio y el turismo, y constituye uno de los más famosos destinos turísticos de España. Su paisaje, dominado por la Bahía de La Concha, así como su desarrollo arquitectónico moderno iniciado en la segunda mitad del siglo XIX y que configuró una ciudad de corte francés y aburguesado, propició el desarrollo de la actividad turística a escala europea. 


Todo ello, unido a eventos internacionales como el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, ha dado proyección exterior a la ciudad, a pesar de sus pequeñas dimensiones. Actualmente, San Sebastián es candidata a capital europea de la cultura de 2016.


A lo nuestro; dejémonos de tanta cultura que no es lo mío y regresemos a mi territorio, que es no otro que la buena diversión.
 

Nos alojamos en el hotel María Cristina ( www.hotelmariacristina.com ), que es un sitio histórico dentro del casco antiguo de la ciudad, donde mi amigo portugués y compañero de escuela en Suiza, Manuel de Vasconcelos (quien había sido director del hotel y está actualmente trabajando como Director en el Príncipe de Gales en los Campos Elíseos) nos había conseguido, además de excelentes tarifas, unas suites de cuento con todo lo que podría tener dentro: vino frío esperándome con platón de lo mejor de la repostería del hotel, colonias de regalo y muchas cosas más...


Esa noche comenzaba La Danza de las Tres Estrellas. Ya teníamos reservado el restaurante Arzac en el Alto de Mira Cruz 21, de Juan Mari y Elena Arzac para las 9.30 de la noche y llegamos puntuales a la cita, con el placer!!!


Para comenzar, aperitivos en el bar (varios): copas de vino blanco del País Vasco (llamado Txakolli), un coctel que gustó entre las damas (de vino con amaretto) y un jerez que completó estos previos, para pasar a la mesa que nos tenían reservada en el segundo piso de este restaurante fundado en el año 1857 y en manos de tres generaciones de la misma familia.


El Menú

Abrebocas
Pudín de kabrarroca con kataifi, el primero. Maíz, morcilla e higos, el segundo. Como tercero, anchoas con fresa marinada. Seguimos con arroz amarillo crujiente con hongos; y el último, que fue un humo de jamón con tomate.


Entradas
Cromlech y cebolla con té y café, seguido por otro de bogavante coralino. De ahí, el tercero era una ensalada de tapioca y cítricos (todo crujiente), para terminar con un mejillón y huevo espolvoreado. En este punto ya estábamos todos flipando con el despliegue de sabores, texturas, aromas y colores… además ya Juan Mari se había acercado a darnos la bienvenida, por demás muy calurosa, cuando se enteró de que éramos peruanos.


Los Fondos o Principales
Lenguado con mamia, pan de vino con verduras y un Rape de marea baja con algas rojas como pescado. Te daban la opción de escoger uno; nosotros optamos por los dos. Lo mismo con los de carnes, que consistió en un cordero con romero y cúrcuma con tempura de sésamo negro y espárrago, o un taco de vacuno con resina, molleja y vino de bota, o un pichón asado con maíz y flor de azahar con muslo confitado (este pichón merece el premio de la noche: sublime, increíble... son poco elogio para este plato).


Los Postres
Sopa y chocolate “entre viñedos”, jugando a las canicas de chocolate, fue muy divertido: parecía una caja de tornillos y tuercas. Además, hidromiel y fractal líquido con una piedra de remolacha y pistacho con crujiente de frambuesas.


Los Vinos
Dos Cuesta de Oro como blanco y dos Mágnum de Chobeo 2005 como tinto.

Los Bajativos
Dos botellas de orujo de la Viña Armenteira de Galicia que nos invitaron.

El valor por estar en este paraíso: €500 por pareja, incluído el tip.

Como estábamos embalados nos fuimos al Casino, pero como nadie tenía pasaporte nos regresaron al hotel... para poder seguir soñando con este festín de mamey!!!


Al día siguiente, después de un desayuno frugal y merecedor, partimos a dar una vueltita en el trencito de la ciudad, que por €5 te lleva en un simpático paseo turístico, para recalar todos en una pequeña tapería del casco viejo, donde dieron cuenta de buenas tapas los que no les apetecía ir a almorzar al restaurante de Martin Berasategui (3 estrellas Michelin), donde habíamos reservado para almorzar los Caprile y nosotros, ya que no queríamos perdernos esa experiencia que nos aguardaba y que resultó ser toda una oda a la creatividad que paso a relatar con impaciencia por contarles qué se siente almorzar donde un iluminado de la gastronomía como es Martín el maestro. Ole y ole y ole!!!


En “El Gran Menú Degustación", según sus propias palabras, los abrebocas son distintos de acuerdo al antojo del campo, el mar y las estaciones. Nos propuso dejarnos seducir por los pequeños bocados con los que nos abrió el apetito: fueron seductores, livianos y sobre todo sabrosos. Fue un preámbulo de una buena comida y una mejor sobremesa.

Abrebocas
Salmón Keia ligeramente ahumado con algas, polvo de frutos secos, café y vainilla, y una milhojas de caramelizado de anguilas, foie gras, cebolleta y manzana verde... qué tal paja al paladar!!!

Para seguir en pequeñas raciones...

Entrantes
Una ostra en pepino, fruta ácida, kafir y coco. Unas perlitas de hinojo en crudo, en risotto y emulsionado (qué tal locura!). Siguió con un huevo “gorrotxategui” reposado en una ensalada líquida de tubérculos rojos y carpaccio de papada. Continuó con una ensalada tibia de tuétanos de verdura con marisco, crema de lechuga de caserío y jugo yodado, para terminar con una mamia de algas con un consomé traslúcido de carabinero, que puso la aduana entre las entradas y los platos principales.

Principales
Salmonetes con cristales de escamas comestibles, rabo y jugo de chocolate blanco con algas (esta técnica yo la usamos en Cala para nuestra Chita Escamosa). Finalizan los fondos con un tierno pichón de Araiz hecho en un asador con hueso de pasta fresca cubierta con setas al cebollino y pequeños toques de una crema trufada.

Los Dulces para Terminar
Coco helado con ron caramelizado, lascas de zanahoria y brochado de remolacha, chocolate y miel con café amargo irlandés.


El Vino

Marqués de Riscal Verdejo... Y me olvidaba de otro piqueo que pedimos, que fue un jamón de cerdo de bellota de apelación Capa Negra, de mucho sabor y alcurnia cerdística.

Para finalizar unos buenos orujos blancos que me hicieron olvidar mi chompa finísima que me había comprado en Ralph Laurent en Paris (que ni me importa, ya que salí del paraíso).

Costo para ustedes, mis queridos párvulos, pendejos y pedorros: €330 por pareja, así que ahorren porque lo van a disfrutar.


Después de una merecida siesta de obligación, todo el grupo - que, demás está decirles que somos más que hermanos queridos, no solo por la afinidad mutua sino porque tenemos la apelación de Amistad Sin Fronteras (puta que estoy inspirado hoy!!!), salimos a tapear bajo la batuta de Michelle, gran brújula, maestra y guía de todos nuestros paseos y caminos (aprovecho para reconocerle su gran sentido del paseo, de cariño, de orientación impecable y certera que hace pensar que el GPS está por las huevas en su compañía). ¿Qué haríamos Manolo, Flor y este humilde servidor sin su invalorable consejo, sentido de orientación y, sobre todo, de dónde encontrar las cervezas más heladas durante cualquier travesía que nos propongamos emprender o recorrer? Desde esta humilde crónica quiero rendirle todo mi amor y devoción.


A lo nuestro: recalando en el casco viejo comenzamos con el Txepexa, famoso por sus Anchoas de Alcalá (reconocidos peces del mar Cantábrico, de los que dimos cuenta en varias formas y con buenos verdejos de rigor, para continuar hacia el Gambarra, donde nos regalamos con más vinos, foies con huevos de corral y otros huevos en otras formas de presentación, unos hongos locales de temporada a la plancha y unas rabas en su tinta (el que no sepa qué es raba, que se moleste en entrar al google). Para el final, dejamos al famoso del barrio, de nombre La Cuchara de San Telmo. Allí dimos cuenta de unas orejas de cerdo caramelizadas, carrilleras, rabo de toro y más delicias que no recuerdo a la hora de escribir esta crónica.


Para finalizar, paseamos por el barrio y volvimos a recalar en el casino. Esta vez, con pasaporte en mano, pudimos entrar. Esa noche fue buena para todos, llena de emociones y de ganancias de toda índole!


Acá termina esta crónica sobre esta ciudad. Espero les haya dado placer, al igual que a nosotros. Mañana nos vamos hacia Santander, enclavada en la Bahía del Cantábrico, de la cual les hablaré en aparte.


Buen Apetito!!

A

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