martes, 7 de junio de 2011

San Sebastián de Garabandal - León

San Sebastián de Garabandal es una localidad del municipio de Rionansa (Cantabria, España). Dista ocho kilómetros de la capital municipal, Puentenansa. Actualmente, San Sebastián de Garabandal es un centro de peregrinaciones católicas. Unas niñas de la localidad manifestaron a principios de los años sesenta (entre junio de 1961 y enero de 1965) que se les había aparecido la Virgen María. La narración de los hechos tuvo eco entre algunos fieles católicos tanto dentro del territorio como en el extranjero. Como consecuencia se construyó en lo alto del pueblo (lugar que ellas señalaron como enclave de la aparición) un pequeño santuario al cual acuden en peregrinación devotos católicos de todo el mundo.

Estas apariciones de la Vírgen, que suman 2000 sesiones, no han sido oficialmente reconocidas ni condenadas por la Iglesia.

El pueblo se convirtió en un punto de peregrinaje para muchos creyentes católicos y miembros de otras confesiones, aunque la posición oficial de la Iglesia respecto de los acontecimientos ha determinado que las apariciones no tienen validez en cuanto a su condición sobrenatural.

Debido a la remota localización de la aldea y las dificultades de acceso, Garabandal mantiene casi el mismo aspecto que tenía en los años sesenta y no ha sufrido las transformaciones producto del interés turístico.

El mensaje principal de las supuestas apariciones se basó en que la humanidad debía cambiar su rumbo, que todos los hombres debían ser buenos, y advirtió sobre un próximo final.

Bueno, a este pueblo nos dirigimos todos a rezarle a la Vírgen, camino a León. Por una descoordinación de tiempos después de la visita, tomamos rumbos diferentes, dando lugar a que el nuestro se tornara en una aventura por partes peligrosa y muy dificultosa, pues el GPS - por querer unir los dos puntos en una línea más cercana a la ciudad de León - nos llevó por un camino muchas veces de piedra y lleno de precipicios a través de los Pirineos, a veces a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar. En un momento hasta pensamos que estábamos realmente perdidos por los estrechos senderos en los que nos desplazábamos sin ninguna compañía más que la de la naturaleza que, a decir verdad, nos agradó a plenitud.

Después de un largo andar y bien bajadas las montañas, dimos con un pueblo muy encantador de apellido Cervera de Pisuerga, donde tenían un parador del mismo nombre en el que procedimos a restaurarnos como la situación lo requería y lo ameritaba... y con carácter de urgencia.

Verdejo para abrirnos el gaznate, que se acompañó unas tortitas de patatas sobre crujiente baguette campesino.

De picar, un pulpo dispuesto en forma oval y consecutiva, que va gratinado con un alioli muy suave y pintado con pimentón molido de La Vera, y picotón sobre un cremoso de papa blanca (no viene a ser un puré) de un sabor espectacular: tienen que hacerlo en casa de todas maneras!

De almorzar pedimos verduras naturales a la parrilla con aceite VE. Flor pidió unas carrilleras de ternera estofadas al vino tinto de la Ribera del Duero y ciruelas pasas (guindones); yo un guiso de garbanzos (pequeños, mantecosos, cocidos a la perfección) con bacalao y espinacas (que todos me gorrearon); un solomillo de centro de ternera con salsa de foie y trufas, que pidió Michelle, y un lomo de ciervo marinado en miel de brezo y vino tinto con una muy agradable salsa de pasas, panceta y manzana reineta, de lo que dio cuenta el maestro y guía Manolete.

Realmente muy agradable esta cocina palentina de montaña. Valió la pena haber parado. Se los recomiendo altamente. Además está al costado de centros de ski de montaña, por si vienen en el invierno.

Ya restaurados procedimos camino hacia León, donde teníamos alojamiento pactado en el famoso Parador de León en la plaza San Marcos y donde nos quedaríamos alojados para disfrutar de este magnífico e histórico hotel y de la no menos famosa ciudad que les reseñaré.

Nuestro Hotel en León
Plaza San Marcos 7, León 24000, León
(Precio por habitación doble: €120)

Monasterio-Hospital del sXVI con fachada plateresca, se empezó a construir hacia el año 1515.

El Monasterio de San Marcos, cuya construcción comienza en el siglo XVI, sucede a otro del siglo XII de tiempos de Alfonso VII. Orozco, Juan de Badajoz, Juni y su escuela eternizaron en piedra y madera un ayer en el que se puede percibir la fuerza de su legado, lo que combinado con obras de Vela Zanetti, Lucio Muñoz y Vaquero Turcio, entre otros, hace de este Parador un museo viviente. En el restaurante se pueden degustar especialidades como el cocido maragato, botillo, cecina curada o las típicas ancas de rana.

Las campanas aún resuenan y, lo que es más Importante, se escuchan. León, de cara a la montaña, de espalda a la meseta. León, de frente a la meseta, de envés al mar, paso obligado en la ruta romana Italia–Hispania, unión de los caminos Astorga–Tarragona y Astorga–Burdeos, referencia continua en el Camino de Santiago y lugar estratégico en la Ruta de la Plata.

Infinito en sus cruces, infinito en su vida. Su acta de natalicio, fechada el 10 de junio del año 68, se conserva en piedra en el Museo de San Isidoro. Asentada sobre los 830 metros – la Catedral, el punto más alto de León se alza en la cota de 838 metros de altitud, la estación de ferrocarril, junto al río, el más bajo, a 823 metros – la montaña central del norte es visible desde el propio centro; suaves lomas – las de la Candamia – hacia el este; cuestas de Trobajo del Camino, por poniente, y al sur tierra de meseta y páramo, llanura de huertas y legumbres, veredas de ríos y chopos.

“Tuvo 24 reyes
antes que Castilla leyes”

De origen romano, fundada con la creación de la Legión VII, un campamento militar sobre un rectángulo de 20 hectáreas de superficie que posteriormente se fortificó, al amparo de la confluencia de los ríos Bernesga y Torío. Una génesis, hoy en cuestión, por los recientes descubrimientos arqueológicos bajo la actual calle Cascalería, en los que se atisba un doble muro de 19 metros con línea curvada – lo que podría ser un edificio circular – y algunas cabañas que confirmarían el establecimiento de una población anterior a la época romana. Pero, tiempo al tiempo. Los siglos posteriores al asentamiento de la milicia únicamente ofrecen difuminadas informaciones. Los sellos y señales de la Legión desaparecen a finales del siglo III. Los Godos y otros pueblos conquistan la ciudad una y otra vez. A partir de la invasión árabe los hechos son más conocidos. Toma y reconquista por parte del rey asturiano Alfonso I, que la convierte, nuevamente, en ciudad militar por su carácter fronterizo. Guerras, repoblaciones, contraataques e, incluso, el abandono de la población – a mitad del IX – anteceden al gran momento en el que Ordoño II fija la capitalidad de la Corte de León.

Surgen barrios de artesanos en respuesta al Camino de Santiago, se consagra el templo románico de San Isidoro (trayendo desde Sevilla el cuerpo de tan celebrado Obispo), Alfonso VII es coronado Emperador y, en 1188, Alfonso IX celebra las primeras Cortes Democráticas europeas. Participan nobles, la Curia y representantes de los ciudadanos: los denominados “omes buenos". Es aquí, en León, donde Fernando III recibe las dos Coronas, las de León y Castilla, en 1230. Comienza la construcción de la Catedral sobre las antiguas termas romanas convertidas en palacio real. Se amplía la muralla, y con ella, la ciudad, en los siglos posteriores.

Sobre la gastronomía de León: es como adentrarse en una despensa rica, variada, que huele a tradición pero que también evidencia gusto a modernidad e innovación. León tiene el mayor número de marcas de calidad (denominaciones de origen). Como provincia es famosa por sus embutidos (chorizos), su carne curada (cecina, considerada como de las mejores de España), su morcilla (que tiene la particularidad que se puede untar como si fuera mantequilla!!!). Sus quesos de cabras, vacas y ovejas - alimentadas con los mejores pastos - nos regalan el reconocido queso de Valdeón (azul), que se prepara en una pequeña fábrica enclavada en medio de los picos de Europa; sus huertas nos dan el pimiento de Fresno de la Vega, el poro de Sahagún, los tomates de Mansilla de las Mulas, sus legumbres famosas como la lenteja pardina, las alubias (destacan por su suavidad y textura), el garbanzo pico-pardal pequeño y mantecoso (imprescindible en el famoso cocido de maragato), sus frutos (como la manzana reineta que acompaña muy bien a la morcilla, como dos polos que se atraen), sus uvas blancas y prietas (como la berciana y la picudo), y sus postres (la palma de hojaldres, lasa mantecadas y chocolates) cierran estas principales propuestas a las que habría que agregar las truchas y setas autóctonas de sus montes.

Una vez descansado - ya que el viaje fue largo - nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad donde, previo tapeo sencillo y un par de bajativos locales, dimos por concluida la presente jornada.

Amaneció soleado y dispusimos la mañana para conocer a fondo el hotel, la catedral y su claustros, sus calles adyacentes llenas de historias por contarnos, el casco viejo, la famosa Casa Botines (diseñada nada menos que por Gaudí), sus tiendas de recuerdos y de exquisiteces, donde compramos chorizos, la morcilla de untar en potes de vidrio, los sacos de a kilo de polvo de pimentón, los licores locales (como el de higos), entre otros tesoros que fuimos guardando en la maleta antes de partir hacia Santiago de Compostela, nuestro siguiente destino, en la provincia de Galicia a la cual le tenía ganas desde hace rato, para degustar in situ sus mariscos (como el famosísimo pulpo a feira), el albariño (vino blanco de la ribeira de Rías Baixas), entre otros manjares por venir.

Dejo para el final de esta crónica la siguiente reflexión:

Solo hay una cosa que pesa más que la calidad frente a la cantidad: la calidad en cantidad.

Buen apetito!!!!!

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